TALES DE MILETO

El agua no es sólo húmeda

La búsqueda de los orígenes ocupa a muchos exploradores. Para los geógrafos puede estar en el origen de un río, para los filósofos está en el origen de la existencia. Cuando Tales prestaba atención a su mundo, no estaba satisfecho con las explicaciones míticas, que proporcionaban buenas historias pero que no intentaban atrapar la naturaleza física de la tierra y todo lo que vivía en ella. Rechazó la extendida idea de que los dioses eran parte de todo. En su lugar, buscó explicaciones físicas.

Nacido en Mileto, un pueblo de la costa egea de lo que es ahora Turquía, Tales tenía la creencia de que tenía que haber un elemento fundamental, una sustancia con la que se hacía todo lo demás. Concluyó que era el agua. Después de todo, el agua era esencial para la vida. Bébela y crecerás, llévatela y todo muere. El agua, pensó, podía pulverizarse fácilmente, en cuyo caso se vuelve aire, o, alternativamente, podía compactarse en un limo que se convertía en tierra.



No sólo todo estaba hecho con esta sustancia elemental, sino que soportaba toda la vida — literalmente. La Tierra, según Tales, flotaba en agua. Había dos convincentes evidencias. Primero, no podía estar soportada por el aire porque el aire no podía soportar nada, pero el agua podía sostener objetos grandes, como barcos y troncos. Segundo, podían verse los efectos de la Tierra flotando sobre el agua en el hecho de que se balanceaba repentinamente — un terremoto. Obviamente, esto estaba causado por el movimiento del agua.



De pirámides y sombras

Aunque Tales pasó la mayor parte de su vida en Grecia, hay infinidad de informes que dicen que viajaba con esperanza de aumentar sus conocimientos. La leyenda cuenta que, mientras estuvo en Egipto, desarrolló un sistema para medir la altura de las pirámides. Se dio cuenta de que, a ciertas horas del día, su sombra medía lo mismo que él. Concluyó que, en el mismo momento, la altura de la pirámide también tendría la misma longitud de sombra.



Como observación ya era interesante, pero lo más importante es que se dio cuenta de que este proceso funcionaba porque la relación del largo de la sombra y el alto del objeto era la misma para todos los objetos si se medían a la misma hora del día. Al darse cuenta, se convirtió en uno de los padres fundadores de la geometría, aunque no hay evidencias de que continuara este ejercicio con ningún tipo de cálculos matemáticos.



Mirando las estrellas

No contento con medir las cosas que circunscriben a la tierra, Tales estaba también intrigado con el cielo, y se dio cuenta de que el sol, la luna y las estrellas, se movían con una notable regularidad. Se le atribuye haber sido la primera persona en ubicar el grupo de estrellas conocido como Osa Mayor, o El Carro, y de usarlo en navegación.

Más increíble aún, también predijo el eclipse de Sol del 28 de mayo de 585 a. C. . Esto, una vez más, dio peso a su teoría de que el mundo funcionaba de acuerdo con unas leyes físicas, en lugar de en base a los caprichos de una miríada de dioses.


Según una historia probablemente apócrifa, Tales fue el primer caso de académico distraído. Una vez estaba tan absorto en la observación de las estrellas, que caminó hacia atrás y cayó bien en una zanja o en un pozo. El rescate vino en forma de Theodorus, una ingeniosa y atractiva sirvienta que le preguntó, "¿Cómo pretende entender lo que ocurre en el cielo, si ni siquiera ve lo que hay a sus pies?".



No se conserva nada del trabajo original de Tales, y todo lo que sabemos de él deriva de filósofos posteriores. Era un atleta entusiasta, y por ello encaja que, de acuerdo con el biógrafo del siglo III d. C. Diógenes Laertios, naciera en el primer año de la 35ª Olimpiada (640 a. C.) y muriera de agotamiento por calor mientras observaba la 58ª Olimpiada (548-545 a. C.).