El BARBECUE DE LOS DISIDENTES EN CUBA

Posted January 27th, 2012 by Reinaldo Escobar




Niño cubano con bandera del 26 de julio


En Cuba, desde los primeros dias del periodo especial (finales de los 90) comenzó a desarrollarse un activismo que le dio de comer a grupos de cubanos desconectados del aparato estatal. Los días del pleno empleo financiado por un estado paternalista habían terminado, y de pronto se descubrió una manera de ser sostenido desde el exterior sin mayores complicaciones, eso no quiere decir que no habían disidentes honestos dentro de Cuba, pues desde 1959 una parte de la nación cubana (aunque minoritaria) no acepto el modelo socialista, y en numerosas ocaciones se rebelo, pero en las primeras décadas estos rebeldes desarrollaban una lucha clandestina no concentrada en la propaganda, sino en el sabotaje y en las conspiraciones por derrotar militarmente al estado socialista. Nadie pretendía lucrar dentro de Cuba con dinero de la CIA o del exilio en Miami, porque sencillamente era una actividad sumamente peligrosa que podía terminar en largas condenas carcelarias, e incluso en el paredón de fusilamiento, y no valía la pena como forma de vida parasitaria.


Los exiliados que se ilusionan con los nuevos disidentes en Cuba y con sus escándalos mediaticos creen equivocadamente que esto daña la imagen del régimen cubano hasta el punto de provocar una rebelión masiva dentro de Cuba, o una invasión militar extranjera justificada en nombre de una disidencia maltratada en la isla, y digo se equivocan porque la única forma de transformar el modelo político cubano es legalizando una oposición dentro de la isla; y esto no sera posible si continua denigrandose la imagen de dicha oposición en su estado embrionario actual. Es una falacia mortal el dar por sentado que el pueblo cubano se sumara a los disidentes actuales por el hecho de que en continuos vídeos se vean manifestaciones y confrontaciones entre cubanos a nivel de barrio. Esos vídeos-propaganda tienen un solo objetivo; garantizar el financiamiento exterior, y he ahí la raíz del mal;" El dinero". Ese dinero que siempre viene de afuera dirige el activismo hacia la confrontación continua, cuando precisamente a los vecinos no se gana con ofensas ni violencias. Hace unos días un amigo desde Cuba y a través de un chat me decía cuan odiados son algunos de estos disidentes por sus vecinos por sus continuos escándalos que tratan de provocar artificialmente enfocando sus cámaras al rostro de personas que para nada son parte del régimen cubano.

El primer paso para lograr la legalización de la oposición en Cuba es crear un estado de opinión en la sociedad civil interna favorable a esas libertades políticas. Los derechos civiles se esfuman cada vez que se produce un choque entre cubanos, y el régimen cubano también sabe aprovechar esta crispada situación para justificar el inmovilismo. La gran escusa siempre será: Si se hacen cambios políticos la ultra-derecha de Miami avanzara hasta implantar una dictadura de derechas aliada al imperialismo norteamericano… Ya sabemos casi todos que el dinero del usaid y el de cubanos exiliados se usa en fiestas, comelatas y viajes turísticos por algunos disidentes que han adoptado un modo de vida dependiente y lucrativo, sin ninguna estrategia política a largo plazo. Mientras se ataca (incluidas las amenazas de muerte) en variadas formas a los cubanos exiliados que se atreven a tener una opinión libre en el sur de la Florida, la nueva disidencia en Cuba de espaldas a la realidad cubana trata de politizar cualquier incidente, en vez de tratar de ganar la simpatía del cubano de a pie, que le mira con desconfianza sobre todo a ver la avalancha de delincuentes que se unen a esta disidencia. En Cuba todo se sabe, y la oposición debe mejorar su imagen dejando fuera de sus filas a personas con antecedentes penales comunes serios como robo con fuerza, violencia doméstica o agresión física. Esto es una batalla ante todo ideológica y no la ganaremos sin moral, porque la fuerza que se opone a cambios en Cuba cuenta con armas, instituciones y capacidad de movilizar masas, ademas de los medios públicos de comunicación donde sacan a la luz los defectos de la disidencia para mal de una Cuba mejor.