QUIEN ES EL ENEMIGO REAL DE CUBA?

Posted May 18th, 2010 by Reinaldo Escobar



Aparentemente el problema cubano se deriva de un dictador de extrema izquierda, que durante medio siglo obtuvo la legitimidad de parte de un voto cautivo por la miseria y la manipulación ideológica, tal parece que ese dictador ha hecho el trabajo sucio, sin apoyo exterior, y que una vez ausente vamos a recobrar nuestra libertad y soberanía, nada más alejado de la realidad en un mundo sujeto a la geopolítica de quienes salieron victoriosos en la segunda guerra mundial y que se empeñan en gobernar sin consultar a los gobernados.

La gran tontería de la izquierda mundial es creer que luchan por un mundo mejor, cuando en verdad su labor internacional está en perfecta armonía con los intereses de una plutocracia globalista que se opone a todo tipo de nacionalismo. En Cuba, esa izquierda que logró eliminar a toda la clase media, haciéndola emigrar hacia el sur de la Florida, fue premiada con enormes créditos internacionales y con apoyo publicitario de la gran prensa "capitalista". Este socialismo destructor de burguesías nacionales trabaja precisamente en aquellas regiones donde el surgimiento de una industria nacional frenaría la expansión de las multinacionales con sede en las democracias opulentas.

El comunismo, que es la máxima expresión del capitalismo monopolista habla muy mal de la burguesía nacional, y de el industrialismo, pero jamás critica a los bancos internacionales, de donde proviene toda su financiación. Cuando vemos a un Daniel Ortega en Nicaragua siendo premiado por el fondo Monetario Internacional (FMI) con un préstamo de millones de dólares precisamente una semana después de centralizar poderes, y de imponer impuestos sobre pequeños artesanos, comprendemos el matrimonio entre banca mundial y totalitarismos de izquierda en el tercer mundo. Las redes internacionales de préstamos a gobiernos totalitarios en el mundo pobre, no solo obedecen a una estrategia usurera que se siente más segura prestando a gobiernos que al sector privado, sino a una mala intención política en contra de la soberanía auténtica que siempre está basada en la autonomía económica.

El falso nacionalismo de los comunistas cubanos, no solo está en franca contradicción con el internacionalismo marxista, sino que esta basado en un discurso panfletario hipócrita que produce apatía entre las jóvenes generaciones que ven con claridad que en Cuba el extranjero vale más que el nacional. El cubano sintíendose un ciudadano de segunda categoría en su propia tierra solo piensa en marcharse lejos de la humillación, y es precisamente en este punto donde tiene éxito el plan por destruir la cubanidad, diseñado por el régimen en complicidad con sus amigos internacionales. Los alardes de soberanía y rebelión frente a la Unión Europea y norteamerica no pasan de ser maniobras de disimulo de un régimen al servicio de la banca mundial.

La enorme deuda cubana con el Club de París y con otros gigantes de la usura internacional, solo pudo ser posible con la destrucción de los medios nacionales de producir riqueza. El desmantelamiento de las industrias, la destrucción intencional del agro, y el sabotaje a todo intento serio de los cubanos por desarrollar su capacidad productiva, obedece a una conspiración por hacer crecer esa deuda externa hasta los limites deseados por los enemigos de la nación.

Finalmente el modelo político en Cuba cambiará, y es muy probable que el FMI y otros poderosos intereses intervengan y negocien la gigantesca deuda pública, y como en el caso de la República Checa se impongan medidas antipopulares que dejaran a los cubanos más vulnerables a merced de la voluntad extranjera nuevamente, pero allí estaremos los nacionalistas para denunciar todo el complot que desde el principio puso a Cuba entre cadenas mientras decía luchar contra el capitalismo.

Por estos días, hasta las arcas del tesoro público en las democracias opulentas están vacías, la mayor parte del dinero que hace falta para servicios sociales está en los numerosos paraísos fiscales de un mundo sin fronteras para el dinero, donde los grupos que obtienen beneficios tratan de evadir impuestos, tan necesarios a las sociedades libres para emanciparse de la usura internacional. Ante esta crisis que pone en peligro la economía mundial vienen los socialdemocratas de siempre, proponiendo aún más intervención del Estado, más socialismo (fabiano), más deuda pública, y menos libertades civiles.

En un mundo globalizado que solo sirve a los grandes capitales, el nacionalismo cubano buscará la soberanía y prosperidad que merecen los hombres libres, y no será negociando la gigantesca deuda externa y aceptando las cadenas del FMI, sino desconociendo esa deuda contraída a espaldas de un pueblo que no ha pedido dinero a nadie, y que no debe pagarle a aquellos que financiaron sus cadenas.


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