Razón vs. Sentimiento

Muchos de los problemas que tenemos se deben a que no hemos aprendido a vivir en armonía con el entorno y con los demás. Nos dejamos llevar por la razón porque eso es lo que nos han enseñado, pero el sentimiento va mas allá de la razón. Siempre que tenemos contacto con cualquier persona que vayamos a realizar un negocio, cualquier tipo de actividad en donde nos vayamos a relacionar con los demás, dejémonos guiar por nuestro sentir.

Los sentidos no son el sentir. El sentir es la intuición y la sensibilidad. Que es lo que sentimos? Uno se relaciona con alguien y de inmediato siente un impacto psíquico y nos decimos: me cayo bien, me cayo mal; hay algo de importante, de interesante en esa persona, o bien, nos decimos, esa persona me causa temor, me causa desconfianza.

El primer impacto implica que nuestra esfera del sentir que tiene como centro de acción un vortice de energía radicado en el corazón, es el que recibe la información inicial. Esa información puede implicar que hemos captado la vibración de esa persona e inmediatamente nuestro ser psíquico reacciona con temor, con desconfianza, con afecto, etc. En segundo termino puede suceder que esa persona haya tomado contacto con nosotros en otras encarnaciones ( en otras vidas) y puede haber sido nuestro enemigo o nuestro amigo.

Si nos encontramos con un enemigo tendremos un impacto que nos hará sentir desagrado o temor por esa persona. Si ha sido nuestro amigo, nuestro familiar, sentiremos amistad, afecto, cariño. Esto puede suceder aun sin verlo, aunque sea hablando por teléfono, porque la esfera del sentir siendo de naturaleza divina es en donde actúa la intuición (de intu: dentro).

Es la interna energía sensorial la que nos avisa, pues si se esta entrenado en el campo del sentir, con solo ver una fotografía, sin conocer a la persona que esta en ella se sabe como es. Igualmente, aun sin verla con solo escucharle la voz se sabe como es. Es lo que se logra por el sentir. En cambio, cuando utilizamos la mente racional nos equivocamos. Uno muchas veces tiene el primer golpe sensorial que le dice “no” mientras que la razón dice “que importa”.

Observemos en los matrimonios que la esposa le dice al esposo: :no me gusta esa persona” y el esposo no le hace caso. Después el hombre se da cuenta de que su esposa tenia la razón, pues la mujer es mas sensible que el varón; ella primero siente pues es altamente receptiva, pero es menos racional que el varón, mientras que el hombre que es de naturaleza racional primero razona y lo ultimo que hace es sentir. Ese es el problema entre el hombre y la mujer, es por eso tan difícil el entendimiento entre ambos. Pero hay un punto medio que correlaciona al hombre y la mujer, es la imaginación.

La mujer primero siente, luego imagina y por ultimo piensa. Son mas prudentes, pero temerosas. El hombre primero piensa, luego imagina y por ultimo siente. No es que el varón sea desalmado, pero ambos están cometiendo una equivocación. Lo que los relaciona es la imaginación. La imagen puede idealizar, la imagen espiritualiza. Por eso tenemos que comprender tanto los varones como las damas que somos completamente
diferentes, no solamente en lo físico, sino también en lo psíquico, mientras que en lo espiritual somos exactamente iguales.

El hombre inteligente es inclinado a la esposa, la escucha, ella le aconseja y sabe que en general son consejos útiles. La mujer debe comprender que el hombre es racional, mental, displicente, pero que posee el carácter y la fuerza para llevar a cabo los planes de la familia. Los varones tenemos que ir mutando nuestra naturaleza racional por sentimiento, cultivando el sentido estético, la armonía.

Debido a su gran sensibilidad no existe ser mas observador que un niño. La capacidad de observación que poseen es asombrosa; se dan cuenta de todos los cambios que hay en su entorno, mientras que por lo general uno no los percibe. Tenemos que ser mas sensibles; observar esos cambios sutiles que las mujeres manifiestan, mientras que ellas tienen que darse cuenta que los hombres somos rígidos, de temperamento racional y poco sensibles, ya que desafortunadamente nos falta verdadera inteligencia porque no nos han enseñado a pensar sino a creer. No nos han enseñado a aprovechar las experiencias que la vida nos entrega para cambiar. Lo que es peor, muchas veces no queremos cambiar. Como ejemplo tenemos el caso de los adolescentes, situación que en su momento todos vivimos.