Referencia a la Historia del Himno Nacional Masónico de Cuba

por amujicama Dom Dic 04, 2016 8:12 pm

Referencia a la historia del Himno Nacional Masónico de Cuba y a la Biografía de su compositor V.·. H.·. RAMON FIGUEROA MORALES

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Nace en el seno de una familia de músicos, en la ciudad de Santiago de Cuba, el 14 de septiembre de 1865. Su Padre Manuel Figueroa Yero, violinista, fue el principal inspirador y maestro del instrumento, quien se dedicó a darles clases a sus hijos. Ramón, siguió los pasos de su padre y del medio hermano, Antonio Figueroa Jiménez (1852-1892), mayor en edad, el cual desde muy joven se destacó y ocupó el cargo de violinista de la capilla de la catedral de la ciudad de Santiago de Cuba, prestigioso lector de música, talentoso y gran conocedor del arte clásico, estudios que realizó en el conservatorio de Paris.

Debido a las difícil situación del estado de guerra iniciada en 1895, se exilia Ramón en Santo Domingo, Republica Dominicana y se une a Rodolfo Hernández, otro músico santiaguero, también exiliado y compositor, dedicándose a recaudar fondos para los fines de la causa de los hermanos independentistas que luchan por la libertad en su suelo patrio, con el violín como instrumento y mediante funciones artísticas. Méritos que se le reconocen al volver a la patria, con la instauración de la Republica en 1902, otorgándole el titulo de Miembro de Honor del Centro de Veteranos de la Guerra de Independencia de Santiago de Cuba.

Su amistad con el prestigioso V.·. H.·. Dr. Lorenzo Comas, miembro de la Respetable Meritísima y Centenaria Logia “Prudencia” Nº2, de la cual fuera su Venerable Maestro en los años 1905,1906 y 1927, le hacen decidirse a ingresar en la institución masónica, a la que dedicó sus mejores obras como compositor: el “Himno Nacional Masónico”, “Marcha Fúnebre Acacia” y “La Piedra Cúbica Piramidal”, esta ultima compuesta en febrero de 1927 y dedicada a su gran amigo y hermano fraternal V.·. H.·. Dr. Faustino Manduley y Tapia, quien ocupaba el cargo de Primer Vigilante, en aquel año en su Logia.

Ramón Figueroa Morales fue considerado como reformador de la danza criolla, en la que introduce cambios, al igual que en las disposiciones orquestales. Concibió la feliz idea de dotar a su ciudad natal de una escuela de música; es cofundador de la Academia de Bellas Artes de Santiago de Cuba. Usualmente, tanto por sus méritos musicales como por su calidad humana se le conocía como el “Maestro”. Por su escasa estatura, ya que no era un hombre corpulento, de talla más bien pequeña, algunos biógrafos lo valoran como “pobre de cuerpo y grande de espíritu”.

Entre sus múltiples composiciones, además de las mencionadas para la masonería, se conocen sus danzas para piano: “Amadita”, “Carmita”, “Eloisa”, “Rosita”, “Capricho Cubano”, “Noche Feliz” y el vals “Antonita” dedicado a su madre. También compuso los himnos “Himno a Martí”, “Himno a Heredia”, “Himno a Oriente”, “Himno al Partido Oriental Nacionalista”, “Himno al 20 de Mayo”, así como el “Himno religioso a la memoria del General Antonio Maceo”.

El Himno Nacional Masónico esta compuesto en tres partes, en franca alusión al simbolismo masónico, la primera de estas, el autor la dedica al Aprendiz, la segunda, a los Compañeros, segundo grado azul y la tercera, majestuosa, dedicada a los Maestros Masones, todas en compases de cuatro por cuatro y la que lo inmortalizó ante nosotros los masones cubanos, cuando en el año 1917 y con la colaboración de la Columna de Armonía Masónica la cual dirigía, aunque pertenecía a los hermanos en la comarcana Logia L`Oasis, con la cual realizaban audiciones musicales en las tenidas, y con la contribución muy importante del V.·. H.·. Enrique Bueno Formell, quien fuera miembro prestigioso de dicha Logia L`Oasis y director de la Banda Municipal de la ciudad, se trasladan a La Habana y en la sede de la Gran Logia de la Isla de Cuba, presentada como moción, interpretan las notas y es aceptada la composición como Himno Nacional Masónico.

“Enrique Bueno Formell fue músico por temperamento; nació músico. Es ejecutor y compositor eminente”, así lo describía la Revista “Masones de Oriente” editada en la época, y agrega: “Se hallaba en la Habana en 1910, cuando fue llamado por Rafael Salcedo y Figueroa (Ramón), a petición del Alcalde Municipal Dr. Grillo (Ambrosio), para que asumiera la Dirección de la Banda de Música de Santiago de Cuba…”, para el año 1922 continuaba en la dirección de esa Banda que tan excelente papel realizó en cuantos eventos artísticos tomó parte. Es autor de la música de los Himnos para escuelas de la época así como el “Himno Escolar”, “Himno Juan Bautista Sagarra”, “Himno Spencer”, y otros dedicados a la ciudad, héroes y mártires, como el “Himno Carlos Manuel de Céspedes”, “Himno Santiago de Cuba” (Oficial), Marcha “Andrés Puente Badell”, esta ultima dedicada a el Gran Maestro Mártir, etc.

El termino de la vida del V.·. H.·. Ramón Figueroa fue de gran naturalidad, hizo patente el pensamiento del maestro José Martí, el que dijo: “la vida se enfrenta con bravura y a la muerte se le espera con un beso”, para ello preparó sus momentos finales en la vida física, cuando hizo a su amigo entrañable y V.·. H.·. Masón Dr. Lorenzo Comas prometerle que en su lecho de muerte, le interpretaría la pieza musical “Siete Palabras” del V.·. H.·. Frank Joseph Heidy, y así fue cumplido, en la noche del 4 de marzo de 1928. Fue interrumpido el silencio de la noche por las notas de aquellos violines, cerrando la vida de este músico y masón.

Posteriormente, en 1950, con los adelantos tecnológicos se logra gravar en disco de pasta de 78 rpm, gracias al V.·. H.·. Armando Martínez, miembro que fuera de la Respetable Logia “Armonía” también de Santiago de Cuba y escuchados sus acordes el “Himno Nacional Masónico” en la apertura de todas las sesiones de la Alta Cámara Masónica de la ahora Gran Logia de Cuba de A. L. y A. M., lo que se extiende a muchos talleres que adquieren las condiciones para entonarlo al comenzar los trabajos ritualisticos.

En el año 1977, en la revista mensual masónica, “Masonería Simbólica”, editada por la Respetable Logia “Oriente” en Santiago de Cuba y bajo la dirección del entusiasta y prestigioso V.·. H.·. Emilio Soto George, publica el artículo titulado “Al Fin Nuestro Himno, Ya Tiene Letras”, en franca alusión a las seis décadas pasadas entre la composición instrumental de Ramón Figueroa y el momento en que el V.·. H.·. Adriano de la Caridad Landron Pochet (1899-1879), gracias a sus dotes de compositor, declamador e improvisador o repentista, se inspira bajo las notas armónicas del Himno Nacional Masónico de Figueroa, en las aperturas de las tenidas de su Respetable Logia “Santiago de Cuba”, de la cual fue un destacado Orador por algunos años y compone la letra que acoplaría exactamente con la música, siguiendo estrictamente las reglas definida por Figueroa, subdividiéndola en tres estrofas, en la primera dedicada al Gran Arquitecto del Universo, aludiendo al carácter sagrado del acto de juramento como Aprendiz Masón en la iniciación, la segunda, la persistencia en el trabajo masónico mediante el estudio como camino del Compañero Masón para llegar al fin y en la tercera, en el conocimiento de majestuosidad del Rey Salomón, a su sabiduría, como rector del tercer grado, el de Maestro Masón y el logro de la verdad, sin que se pudiera llegar a hacer la mezcla y grabación de la música conjuntamente con la letra compuesta, siendo las estrofas las siguientes:

Himno Nacional Masónico

Música: Ramón Figueroa Morales

Letra: Adriano Landron Pochet

A la gloria del Gran Arquitecto

Entonemos el himno masón,

Ante el ara que es sitio perfecto,

Con la mano en el corazón...

El estudio es nuestro guía

Y lo humano, hacer el bien,

Lo fraterno al fin es vía

Y es orden y el edén...

Y alabemos los grandes maestros

Recordando a Salomón.

Si los dones de amor son nuestros,

Es también la redención.

Con el deterioro de los viejos tocadiscos y los discos de pastas, los precios prohibitivos de las nuevas reproductoras de cintas magnéticas para las Logias, se dejaron de escuchar en las tenidas las notas del Himno, solamente conservándose la costumbre en las aperturas de la sesiones de la Gran Logia y actos por ella realizados pero de forma instrumental, pasarían otras tres décadas y gracias al trabajo investigativo, la perseverancia y el empeño del V.·. H.·. Miguel Ronard Moncada López, M.·. M.·. de la Respetable Meritísima y Centenaria Logia “Humanidad”, logra la 1^ra grabación acoplando la música y la letra del Himno, a piano y la voz del V.·. H.·. Felo Pérez del mismo taller masónico “Humanidad”, luego presentada como fundamento de una moción de su taller ante la Alta Cámara Masónica de la Gran Logia de Cuba, representado por el V.·. H.·. Moncada López, solicitando se aceptara la letra del V.·. H.·. Adriano Landron Pochet y en su conjunto, música y letra fueran reconocidas como “Himno Masónico Cubano”. Con una férrea oposición, dado el desconocimiento existente y la confusión sobre la idea de muchos que pensaban que las notas del himno que se escuchaba inviolablemente al comienzo de las sesiones de la Gran Logia era el “Himno Masónico” compuesto por Mozart. Ilustrados los HH.·. Representantes de las diferentes Logias queda aclarada la confusión al escucharse la grabación obtenida por el V.·. H.·. Moncada, en la sesión anual del 25 de Marzo del 2004.

Con el adelanto de la tecnología, se logra una nueva versión del Himno Masónico Cubano de forma instrumental con un arreglo orquestal más moderno con talentos musicales de la ciudad de Santiago de Cuba en formato digital en el año 2007 por parte y gracias al empeño del V.·. H.·. Angel Rubén Mujica Márquez, miembro de la Respetable Meritísima y Centenaria Logia Fraternidad Nº1, pero sin poder lograr acoplar las voces que corresponden a las de un coro cantando las estrofas correspondientes.

Tras intentos frustrados de lograr su objetivo, el V.·. H.·. Mujica Márquez logra captar el interés de uno de sus ahijados músico el V.·. H.·. Ulises Antonio Trujillo De Cabo, M.·. M.·. de la Respetable y Meritoria Logia “Santiago de Cuba” y grabar acoplada su voz junto a la última versión del Himno Masónico Cubano, en espera de poder lograr la utilización de un coro de voces y poder precisar todo lo relacionado con la aprobación inicial referida en la Gran Logia de la Isla de Cuba en el año 1917.

Preocupado por el paso del tiempo, con el correspondiente deterioro de los materiales y la inevitable desaparición física, que privan del conocimiento y utilización de la obra referida, el autor del presente artículo, a pesar de carecer de los requisitos de rigor, que conoce debe llevar todo trabajo histórico investigativo en cuanto a referencias bibliográficas y su formato, lo hace público y pone al alcance de los interesados con enlaces a copias musicales en YouTube.

Haciendo referencia a la utilización de fuentes fotográficas y bibliográficas como la Revista “Masones de Oriente” editada por la Gran Logia Oriental de Cuba por la década del 20 del siglo pasado, la Revista “Masonería Simbólica” editada por la Logia Oriente, el libro “Medallas Antiguas” de Juan Maria Ravelo y al artículo publicado por el V.·. H.·. Miguel R. Mocada López en la Revista “Ecos de la Masonería”.

V.·. H.·. Angel R. Mujica Márquez.
Gran Logia Regular de Florida.

2016.