Ena Lucía Portela firma la carta por la libertad de presos cubanos
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Ena Lucía Portela firma la carta por la libertad de presos cubanos
Ena Lucía Portela firma la carta por la libertad de presos cubanos
Ena Lucia Portela ganó el Premio Juan Rulfo de Cuento en 1999.
POR EFE
MADRID
La escritora cubana Ena Lucía Portela, que reside en La Habana, ha suscrito la carta que pide la excarcelación de los presos políticos cubanos y el respeto de los derechos humanos por parte del régimen castrista, según informó hoy "OZT Yo acuso al Gobierno cubano'' en una nota de prensa.
Con esta decisión, Portela, que ganó el Premio Juan Rulfo de Cuento en 1999, se convierte en la primera integrante de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que se desmarca de la línea oficial, según el comunicado emitido por los organizadores de esa campaña internacional que exige la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos cubanos.
La UNEAC, bajo control del Estado cubano, publicó el pasado 16 de marzo en el diario oficial "Granma'' un artículo de rechazo de la campaña "OZT Yo acuso al Gobierno cubano'' por considerar "la recogida de firmas una campaña mediática contra Cuba organizada por personas sin moral'', según explica la nota de prensa.
En su mensaje a los organizadores de "OZT'', Portela indicó: "Soy miembro de la UNEAC, pero discrepo totalmente de la declaración emitida hace algunos días por el Secretariado de dicha organización. Añade mi nombre, por favor, y que venga lo que venga''.
Y continuó: "Yo, al igual que muchos otros artistas e intelectuales cubanos residentes en la isla, carezco de acceso total a Internet y sólo cuento con este correo electrónico con salida internacional'', según la nota de prensa divulgada por "OZT''.
''No conocía, pues, el texto de la carta que tan certeramente expresa lo que muchos pensamos y sentimos, aquí, allá y en cualquier lugar'', añadió Portela en su escrito.
''Entre los nombres de los firmantes cubanos no veo -escribió Portela- el de ningún artista o escritor residente en Cuba. No me extraña, dado el alto costo que aún tiene la opinión en nuestro país. Pero basta ya. No tengo manera de acceder a esa carta a través de Internet para añadir mi firma, así que te ruego que lo hagas por mí''.
El manifiesto "Por la libertad de los presos políticos cubanos'' -disponible en la dirección web: orlandozapatatamayo.blogspot.com- ha sido suscrito por más de 40.000 personas de todo el mundo en las últimas dos semanas.
Entre los firmantes figuran destacados artistas, escritores e intelectuales españoles y latinoamericanos, como Pedro Almodóvar, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Juan Marsé, Ana Belén, Víctor Manuel de los Ángeles Mastretta.
Cornel Ronald West, filósofo, actor y activista de los derechos humanos estadounidense, y la periodista catalana Pilar Rahola han sumado sus firmas a la campaña, según informaron hoy los organizadores de la iniciativa.
Read more: http://www.elnuevoherald.com/2010/04/01/687391/ena-lucia-portela-firma-la-carta.html#ixzz0jzk4fws3
pepe- MIEMBRO REGULAR
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Re: Ena Lucía Portela firma la carta por la libertad de presos cubanos
CRISIS DEL SISTEMA. LA UNEAC SE RESQUEBRAJA POR DENTRO.
Bueno, les diré lo que yo creo. (Es interesante observar desde lejos – y a tantos años de distancia). Aún sin estar allá, creo que sé lo que esto significa.
Ella (Ena Lucía Portela) lo hace “porque cree que puede hacerlo”. (O sea, que no es puro-descabellado-heroísmo – o, lo menos, ésta es mi interpretación).
O sea, que estos (nuevos) “disidentes” de ahora saben (más o menos) hasta dónde pueden llegar y hacen su aproximado cálculo – y calculan (probablemente bien) sus posibilidades o probabilidades de triunfo. (Lo que es una lógica valiente y nada hay de malo en esto, pero es toda una situación muy optimista.
Y aclaremos que esta gente joven son “los que cambiaran al mundo”. El momento es de ellos. Son “los protagonistas”).
Y es claro que el sistema de Raúl Castro se ha “liberalizado” un tanto, por ponerlo de algún modo (o sea, la situación allá dentro es “más libre”, porque permite más movimiento – o “pataleo” o lo que fuese); aunque ellos ahora muestren sus más feas maneras y golpeen a gentes y usen “fuerza bruta”.
IMPORTANTE: Todo esto es un síntoma de DEBILIDAD.
Cuando el sistema era fuerte, operaba de forma mucho más eficiente y silenciosa.
Esta chica – la escritora, ¿qué edad tiene? – es miembro de la UNEAC. Y la UNEAC no es como decir “los periodistas libres”. Es una organización (bien delimitada) del Estado. Ellos (los de la UNEAC) han vivido siempre “dentro de un universo cerrado, literario e ideológico” y sin ningún contacto con el pueblo (ni con los problemas del pueblo).
Dentro del mundo comunista, el universo de la ideología es como un mundo separado y fantástico. Es como cuando tú estás en un colegio de curas y quisieras hablar de tus problemas de los niños (cotidianos y reales o concretos) y los curas comienzan a hablarte del cielo y del infierno – y de cómo lidiar con condenas y castigos y penitencias dentro del purgatorio.
Pero, dentro de ese colegio, la autoridad de los sacerdotes (y de la religión = ideología) nunca es disputada, ¿verdad? Lo mismo es bajo el comunismo.
Pero la Unión Soviética ya no existe. Y Fidel está viejo, retirado, incapacitado. Y el sistema – finalmente – se rompe. Y va a ser feo. (Es decir, con golpizas para la gente de la calle, de uno y otro bando, que no son los verdaderamente responsables. Los verdaderos culpables, con muchos millones de dólares y negocios y propiedades en otros países, van a escapar).
Lo que esta noticia quiere decir es que la UNEAC también comienza a resquebrajarse.
El “intelecto” revolucionario – aunque interesante y “elevado” a veces – nunca tuvo nada que ver con la vida diaria cubana ni con los problemas del pueblo. Era una especie de “cielo” o de “limbo” aparte. Allí se discutían otros temas. No cuántos ángeles podían bailar en la punta de una aguja, pero sí su equivalente revolucionario (que es lo mismo: una cosa es tan fantástica como la otra).
Hay que pensar que el mundo intelectual de la revolución siempre estuvo basado en una serie de fantasías. Durante la época de Batista era “los guerrilleros barbudos en la Sierra Maestra”. Y después de la conversión al comunismo, en 1961, era Yuri Gagarin, el primer cosmonauta soviético. (Siempre es algo “de otro mundo”).
Che Guevara, Ministro de Industrias, promete en 1961 que Cuba se industrializaría y produciría automóviles para exportación en cuatro años (para 1965). Y Nikita Kruschev anuncia que la URSS sobrepasará a los USA como potencia económica e industrial antes del final de la década del 60.
Nada de esto ocurre, pero la fantasía cambia (hacia el final de la década). Cuba es entonces potencia militar tercermundista. La economía del país está en ruinas en la década del 70, pero ya esto no importa. Los ejércitos cubanos armados por la URSS invaden países en otros continentes. ¿Y la cultura? ¿En qué creen los cubanos?
No importa como los cubanos vivan. La cultura oficial proclama el Realismo Mágico. Total irrealidad, ninguna fórmula racional, pero ésta es la ideología oficial que sirve como premisa al universo de la UNEAC en aquel entonces (y a todos los debates teóricos que se producen).
Hay cierta elegancia absurda en todo esto. La UNEAC es un mundo de extravagante irrealidad, de Las Mil y Una Noches, un mundo extemporáneo y una atmósfera (para discutir temas etéreos) nunca alterada por la verdad prosaica de la calle.
Hay un total divorcio entre realidad cotidiana y la cultura de los textos publicados. En la Cuba comunista no había programas de radio, como el de Pardo Llada (y antes de la revolución había muchos otros), que denunciaran la corrupción y otros problemas locales (lo que no funcionaba: el país, por dentro, con el nuevo sistema “revolucionario”, se arruinaba, se rompía en pedazos – pero absoluto silencio al respecto). Repito que el foco nunca estaba en nada local (total silencio). Se prohibía absolutamente abordar ninguno de los problemas (cotidianos) de la isla. El foco (total) debía estar en el exterior (como un mandato divino). (Un dios-Autoridad dogmático del comunismo que nos ordenada lo que podíamos ver o no ver, y hacia dónde mirar y en cuál perspectiva: el mundo “como debiera ser” de acuerdo a tal nueva ideología, por extravagante que ésta fuera – y absolutamente nada más). Las guerras de África, las revoluciones de América Latina (nada de esto tenía mucho que ver con nosotros, a ningún cubano de la calle le importaba nada de esto) – en suma, el ideal expansionista.
La realidad (local) cubana nunca es mencionada (la vida diaria y material de los cubanos), y, culturalmente, no existe. Esto – en resumen – es lo que la UNEAC ha hecho desde su fundación, por ya casi cinco décadas. ¿Va a cambiar ahora?
En mi opinión, lo que está ocurriendo, no es que esta chica sea un caso de heroísmo aislado. Lo que ocurre es que el sistema entero se rompe. Ya la UNEAC no es la UNEAC. Y la sociedad cubana comienza a ser reflejada en la producción de los intelectuales (escrita, abstracta). O sea, que lo inmediato y concreto (y lo más obvio), esta vez, toma permiso para ser elevado a la abstracción – que es lo que es pensamiento, ¿no? (Por pura definición – es decir, cuando se le deja libre).
¿Y los intelectuales participarán directamente en la política? Me recuerda a la década de 1950. Vuelta a la realidad, bajar de las nubes. La cultura cubana volverá a ser “cubana” y no otra cosa (extraña, “exótica”, e inalcanzable, y fuera de nuestros límites: o sea, pura evasión, que es lo que la cultura “revolucionaria” ha sido), y a enfocarse en los habitantes de la isla – gentes (individuos) con anhelos y necesidades (a veces muy personales, peculiares), gentes de carne y hueso (visibles, inmediatos, “tocables”, con apetitos e inteligencia, debilidades y egoísmos, lo que fuera: gente capaz de vivir sus propias vidas, de decidir lo que ellos quieren y de trabajar para producir riqueza).
RESUMEN: Cuba dejará de existir como mero mito para convertirse otra vez en un país verdadero (tridimensional).
Bueno, les diré lo que yo creo. (Es interesante observar desde lejos – y a tantos años de distancia). Aún sin estar allá, creo que sé lo que esto significa.
Ella (Ena Lucía Portela) lo hace “porque cree que puede hacerlo”. (O sea, que no es puro-descabellado-heroísmo – o, lo menos, ésta es mi interpretación).
O sea, que estos (nuevos) “disidentes” de ahora saben (más o menos) hasta dónde pueden llegar y hacen su aproximado cálculo – y calculan (probablemente bien) sus posibilidades o probabilidades de triunfo. (Lo que es una lógica valiente y nada hay de malo en esto, pero es toda una situación muy optimista.
Y aclaremos que esta gente joven son “los que cambiaran al mundo”. El momento es de ellos. Son “los protagonistas”).
Y es claro que el sistema de Raúl Castro se ha “liberalizado” un tanto, por ponerlo de algún modo (o sea, la situación allá dentro es “más libre”, porque permite más movimiento – o “pataleo” o lo que fuese); aunque ellos ahora muestren sus más feas maneras y golpeen a gentes y usen “fuerza bruta”.
IMPORTANTE: Todo esto es un síntoma de DEBILIDAD.
Cuando el sistema era fuerte, operaba de forma mucho más eficiente y silenciosa.
Esta chica – la escritora, ¿qué edad tiene? – es miembro de la UNEAC. Y la UNEAC no es como decir “los periodistas libres”. Es una organización (bien delimitada) del Estado. Ellos (los de la UNEAC) han vivido siempre “dentro de un universo cerrado, literario e ideológico” y sin ningún contacto con el pueblo (ni con los problemas del pueblo).
Dentro del mundo comunista, el universo de la ideología es como un mundo separado y fantástico. Es como cuando tú estás en un colegio de curas y quisieras hablar de tus problemas de los niños (cotidianos y reales o concretos) y los curas comienzan a hablarte del cielo y del infierno – y de cómo lidiar con condenas y castigos y penitencias dentro del purgatorio.
Pero, dentro de ese colegio, la autoridad de los sacerdotes (y de la religión = ideología) nunca es disputada, ¿verdad? Lo mismo es bajo el comunismo.
Pero la Unión Soviética ya no existe. Y Fidel está viejo, retirado, incapacitado. Y el sistema – finalmente – se rompe. Y va a ser feo. (Es decir, con golpizas para la gente de la calle, de uno y otro bando, que no son los verdaderamente responsables. Los verdaderos culpables, con muchos millones de dólares y negocios y propiedades en otros países, van a escapar).
Lo que esta noticia quiere decir es que la UNEAC también comienza a resquebrajarse.
El “intelecto” revolucionario – aunque interesante y “elevado” a veces – nunca tuvo nada que ver con la vida diaria cubana ni con los problemas del pueblo. Era una especie de “cielo” o de “limbo” aparte. Allí se discutían otros temas. No cuántos ángeles podían bailar en la punta de una aguja, pero sí su equivalente revolucionario (que es lo mismo: una cosa es tan fantástica como la otra).
Hay que pensar que el mundo intelectual de la revolución siempre estuvo basado en una serie de fantasías. Durante la época de Batista era “los guerrilleros barbudos en la Sierra Maestra”. Y después de la conversión al comunismo, en 1961, era Yuri Gagarin, el primer cosmonauta soviético. (Siempre es algo “de otro mundo”).
Che Guevara, Ministro de Industrias, promete en 1961 que Cuba se industrializaría y produciría automóviles para exportación en cuatro años (para 1965). Y Nikita Kruschev anuncia que la URSS sobrepasará a los USA como potencia económica e industrial antes del final de la década del 60.
Nada de esto ocurre, pero la fantasía cambia (hacia el final de la década). Cuba es entonces potencia militar tercermundista. La economía del país está en ruinas en la década del 70, pero ya esto no importa. Los ejércitos cubanos armados por la URSS invaden países en otros continentes. ¿Y la cultura? ¿En qué creen los cubanos?
No importa como los cubanos vivan. La cultura oficial proclama el Realismo Mágico. Total irrealidad, ninguna fórmula racional, pero ésta es la ideología oficial que sirve como premisa al universo de la UNEAC en aquel entonces (y a todos los debates teóricos que se producen).
Hay cierta elegancia absurda en todo esto. La UNEAC es un mundo de extravagante irrealidad, de Las Mil y Una Noches, un mundo extemporáneo y una atmósfera (para discutir temas etéreos) nunca alterada por la verdad prosaica de la calle.
Hay un total divorcio entre realidad cotidiana y la cultura de los textos publicados. En la Cuba comunista no había programas de radio, como el de Pardo Llada (y antes de la revolución había muchos otros), que denunciaran la corrupción y otros problemas locales (lo que no funcionaba: el país, por dentro, con el nuevo sistema “revolucionario”, se arruinaba, se rompía en pedazos – pero absoluto silencio al respecto). Repito que el foco nunca estaba en nada local (total silencio). Se prohibía absolutamente abordar ninguno de los problemas (cotidianos) de la isla. El foco (total) debía estar en el exterior (como un mandato divino). (Un dios-Autoridad dogmático del comunismo que nos ordenada lo que podíamos ver o no ver, y hacia dónde mirar y en cuál perspectiva: el mundo “como debiera ser” de acuerdo a tal nueva ideología, por extravagante que ésta fuera – y absolutamente nada más). Las guerras de África, las revoluciones de América Latina (nada de esto tenía mucho que ver con nosotros, a ningún cubano de la calle le importaba nada de esto) – en suma, el ideal expansionista.
La realidad (local) cubana nunca es mencionada (la vida diaria y material de los cubanos), y, culturalmente, no existe. Esto – en resumen – es lo que la UNEAC ha hecho desde su fundación, por ya casi cinco décadas. ¿Va a cambiar ahora?
En mi opinión, lo que está ocurriendo, no es que esta chica sea un caso de heroísmo aislado. Lo que ocurre es que el sistema entero se rompe. Ya la UNEAC no es la UNEAC. Y la sociedad cubana comienza a ser reflejada en la producción de los intelectuales (escrita, abstracta). O sea, que lo inmediato y concreto (y lo más obvio), esta vez, toma permiso para ser elevado a la abstracción – que es lo que es pensamiento, ¿no? (Por pura definición – es decir, cuando se le deja libre).
¿Y los intelectuales participarán directamente en la política? Me recuerda a la década de 1950. Vuelta a la realidad, bajar de las nubes. La cultura cubana volverá a ser “cubana” y no otra cosa (extraña, “exótica”, e inalcanzable, y fuera de nuestros límites: o sea, pura evasión, que es lo que la cultura “revolucionaria” ha sido), y a enfocarse en los habitantes de la isla – gentes (individuos) con anhelos y necesidades (a veces muy personales, peculiares), gentes de carne y hueso (visibles, inmediatos, “tocables”, con apetitos e inteligencia, debilidades y egoísmos, lo que fuera: gente capaz de vivir sus propias vidas, de decidir lo que ellos quieren y de trabajar para producir riqueza).
RESUMEN: Cuba dejará de existir como mero mito para convertirse otra vez en un país verdadero (tridimensional).
pepe- MIEMBRO REGULAR
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Re: Ena Lucía Portela firma la carta por la libertad de presos cubanos
Ésta (lo anterior) es mi perspectiva de la Historia de la Cultura Revolucionaria.
Para mí, sería fascinante saber cómo lo ve gente más joven.
Porque yo creo que la Historia es una suma de generaciones.
O sea, yo lo percibo así – y Zoé Valdés (15 años más joven que yo) lo ve distinto. Y Yoani Sánchez (15 años más joven que esta última) ya lo ve diferente que Zoé (y concibe otras posibilidades, otros métodos de lucha, tiene otras teorías)… (Éste es un proceso eterno).
Yo creo de la nueva generación de ahora – los que aún están allá – son (y, a la larga, serán) “los protagonistas”.
O sea, los que decidirán esta historia, este capítulo, este evento (los que harán que las cosas ocurran).
Para mí, sería fascinante saber cómo lo ve gente más joven.
Porque yo creo que la Historia es una suma de generaciones.
O sea, yo lo percibo así – y Zoé Valdés (15 años más joven que yo) lo ve distinto. Y Yoani Sánchez (15 años más joven que esta última) ya lo ve diferente que Zoé (y concibe otras posibilidades, otros métodos de lucha, tiene otras teorías)… (Éste es un proceso eterno).
Yo creo de la nueva generación de ahora – los que aún están allá – son (y, a la larga, serán) “los protagonistas”.
O sea, los que decidirán esta historia, este capítulo, este evento (los que harán que las cosas ocurran).
pepe- MIEMBRO REGULAR
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