LA LIBERTAD QUE PIDE PERMISO YA DEJO DE SERLO

Posted May 13th, 2010 by Reinaldo Escobar


Disidentes en la plaza Pushkin (Moscú-1987)

La más grande de las utopías es la de ser libres de verdad, y ni en las sociedades más abiertas y democráticas es una realidad constante. El hombre es libre por Dios, pero no por el hombre, que continuamente trata de someterle.

Una de las formas más eficaces de controlar al hombre libre es usando contra este la presión del grupo, y no solo en el colectivismo forzoso, sino aún en la socialdemocracia donde grandes masas de personas dependientes de servicios sociales y bajo el hechizo del socialismo fabiano forman bloques compactos de pensamiento que arremeten contra los ciudadanos libres y republicanos. La cultura de masas y los Estados del bienestar han dirigido a sociedades enteras hacia políticas populistas que ponen en peligro las libertades civiles y hasta los más elementales derechos humanos, como el de la expresión libre del pensamiento.

El voto cautivo, desde los tiempos antiguos empujó a las sociedades democráticas en crisis hacia la tiranía, y no hay voto más cautivo que el que posee un ciudadano pobre y dependiente del Estado, pues el partido de turno en la dirección del Estado político sabe negociar para su beneficio partidista con este ciudadano dispuesto a cambiar su voto por servicios sociales. La libertad tan rara en sus formas más puras depende estrechamente de la autonomía económica del individuo y la familia, y es muy difícil de ejercer en medio de las miseria. En Cuba el circulo vicioso tiende a perpetuar la dependencia y sumisión del pueblo hacia el Estado y solo con una profunda crisis y una toma de conciencia, puede emanciparse el ciudadano-siervo de las cadenas invisibles que lo oprimen.

Es deber patriótico el de los cubanos exiliados, que vivimos una libertad prestada el de socorrer a nuestros hermanos en la isla, tanto desde el punto de vista material como espiritual para que recobren esa autonomía económica y política que tanto necesitan las sociedades civiles para obligar a sus gobiernos a los cambios necesarios para el progreso nacional.

¡Sumate al nacionalismo!



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