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Mensaje por Admin Vie Jun 18, 2010 3:23 pm

LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA La-pla10

Frecuentemente se habla de la gran actividad masónica que acompañó a la fundación y posterior desarrollo de esta urbe.

La Masonería estuvo muy ligada a su fundador, el Dr. Dardo Rocha, a sus colaboradores, a los que demarcaron sus calles, a sus primeros funcionarios públicos, a los edificios, y sobre todo, al trazado de sus planos.

El Dr. Dardo Rocha, había sido iniciado por su padre, el coronel Juan José Rocha, en el año 1858 cuando contaba con tan sólo veinte años de edad, en la Logia "Constancia Nº 7".

El principal colaborador del Dr. Rocha, y quien fuese responsable del trazado del plano de la futura ciudad, el arquitecto Pedro Benoit, había sido iniciado el 26 de octubre de 1858 en la logia "Consuelo del infortunio Nº 3".

Pedro Benoit había nacido en Buenos Aires, el 18 de Febrero de 1836, y era hijo del ingeniero francés Pedro Benito Benoit.

Desde los catorce años se desempeñó junto a su padre en el Departamento Topográfico y en la sección de Geodesia del Departamento de Ingenieros.

Muchas de las obras que ejecutó en los años anteriores a la fundación, tendrían una importancia fundamental en ella, entre las que se destacaron: en la ciudad de Buenos Aires, la construcción de obras de fortificación para la defensa y emplazamiento de baterías; proyectó y construyó varios puentes de campaña; (proyectó) la antigua Facultad de Derecho; las iglesias de Santa Catalina (en las localidades de: Merlo, San Justo, Moreno, Ensenada, San Vicente, Juárez, Azul y Buenos Aires).

Desde el primer momento se vinculó a Dardo Rocha para la fundación de la nueva capital de la provincia, y formó parte de la comisión para el concurso de los planos en su carácter de vocal del Departamento de Ingenieros.

Presentó los planos del trazado de la ciudad, aunque no firmó al pie ninguno de ellos, sino que fue mencionado como autor de los mismos en el año 1888.

Formó la comisión de división de solares, dividiendo a su vez a esta en tres grupos formados de la siguiente manera: el primero dedicado al trazado perimetral y de avenidas, estaba compuesto por los Sres. Carlos Glade, que fue iniciado el día 27 de Septiembre de 1864 en la Logia "Germania Nº 19", Germán Kuhr y Miguel Pérez.

El segundo, a cargo de la división de calles y diagonales, estaba formado por los Sres. Carlos A. Fajardo, (Masón, del que si bien no contamos con la fecha de su iniciación, lo encontramos en 1894 formando parte de la tenida magna en la instalación de un Capítulo), Julio Serna y Pedro Bena.

Y el tercer grupo que debían parcelar los terrenos, estaba formado por los Sres. Nicolás Calvo, Julio Arditi y Paulino Campbell (los tres masones).

Luego de la fundación, el Arquitecto Pedro Benoit, realizó los planos de la Iglesia San Ponciano; se le encomendó la dirección del artístico arco de entrada al Bosque en el año 1884, que ahora ha desaparecido, dibujó el primer escudo de la ciudad; proyectó los planos de la Catedral y en 1893, se le encargó la dirección técnica de las obras.

Fue además autor de los planos del Cementerio y del Observatorio Astronómico; después dirigió desinteresadamente las obras de la Iglesia de San Pedro, en Mar del Plata, hasta su deceso ocurrido en esta ciudad, el 4 de Abril de 1897.

Sus restos fueron trasladados a Buenos Aires, para ser sepultados en la Recolecta.

Como sabemos, la Arquitectura es una de las artes fundamentales de la Masonería, y muchos masones, conociendo que los fundadores y sus colaboradores eran Hermanos, han tratado de buscar algún símbolo masónico en el plano de la ciudad, tal es así, que, como se puede observar en el mismo, han pretendido identificar estos símbolos en las diagonales que la dividen, comparándolos con las herramientas del Arte.

Si todo fuese tan simple, todo estaría aclarado; pero no es así, en realidad el plano de La Plata esconde más cosas de las que se pueden observar a simple vista, su estudio conlleva un esfuerzo mayor.

En él, el Arquitecto Pedro Benoit y sus allegados han situado todo su conocimiento sobre Geometría Sagrada, y el proceso de develar su mensaje es bastante complejo, pero para quien esté familiarizado con este tipo de "Geometría" seguramente le será interesante y práctico.

Algunos ejemplos de su extraordinaria traza lo son el hecho de que: la ciudades un cuadrado simétrico que mantiene su forma desde el tiempo de la fundación; está dividida por dos grandes diagonales que la cruzan de Este a Oeste y de Norte a Sur ; en su centro geométrico fue colocada la piedra fundamental, de la que hablaremos más adelante; el rombo formado por los cuatro diagonales centrales forman una "Vesica Piscis", realizada con una unidad equivalente a 1,6180339, es decir el número áurico. El perímetro de la ciudad dividido por el largo de su diagonal (Este-Oeste o Norte-Sur) es igual a 3,1416.

LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA Emseba12

Cabe destacar que la ciudad de La Plata fue totalmente proyectada en abstracto, pues, hasta ese momento no se sabía dónde se iba a asentar, por lo tanto sus arquitectos pudieron establecer las bases que consideraron más oportunas.

El plano se comenzó a trazar a partir de un centro, un círculo, un triángulo y un cuadrado, que es exactamente la cuadratura del círculo, que tiene en la Geometría de la Vida individual una importante y definida aplicación.

La localización de un cuadrado áurico en una zona de la ciudad denominada El Bosque (un sector de recreo, arbolado y libre de contaminación ambiental).

Continuando con la fundación de La Plata, podemos agregar que el nombre de la misma fue propuesto por el poeta José Hernández (creador del "Martín Fierro", obra cumbre de la literatura Argentina) íntimo amigo de Dardo Rocha e iniciado el 28 de Agosto de 1861 en la Logia "Asilo del Litoral Nº 18".

El día 19 de Noviembre de 1882, alrededor de las 16 horas fue colocada la piedra fundamental, que consistía de una caja de piedra, en cuyo interior había otra de plomo, dentro de la cual se colocó una redoma de cristal con diversos documentos, entre ellos, una copia del acta fundacional, una copia de la Constitución Argentina, además de monedas de la época y numerosas medallas de las Logias que participaron activamente en la construcción de la ciudad, entre ellas: "Unione Italiana", "Confraternidad Argentina", "Regeneración", "Tolerancia", "Luz y Verdad", "Caridad", "Abraham Lincoln", "Liberi Pensatori","Unión", "Cárita", "Protectora de los Pobres" y "Progress".

Una vez colocada la redoma, se cerró y se selló, se soldó la caja de plomo y se le colocó sobre ella una plancha de mármol de Carrara con la inscripción "Esta caja contiene el acta de inauguración de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires".

Sobre la plancha de mármol se colocó la tapa de la mencionada caja de piedra; y con una cuchara (trulla), construida especialmente, de oro con incrustaciones del mismo metal y ocho brillantes en la empuñadura de ébano, el Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Victorino de la Plaza (iniciado en 1867 en la Logia "Regeneración Nº 5", selló la misma con una mezcla de arena y cal que se había preparado en una batea maciza de caoba, con agarraderas de ébano e incrustaciones doradas.

Todo fue una fiesta, en la plaza principal se habían colocado varios palcos en semicírculo entre los que se hallaba el palco oficial.

En diferentes lugares se colocaron arcos y trofeos con las más diversas inscripciones, entre ellas: "Paz y Libertad", "Orden y Progreso"," Amor por la libertad y respeto por las instituciones", "El ejercicio de los derechos políticos es necesario para el gobierno libre", "No basta odiar a la tiranía".

Entre los personajes que en el momento hicieron llegar sus mejores votos al gobernador Dardo Rocha, podemos mencionar a Carlos Guido y Spano, quien en la carta fechada el 19 de Noviembre de 1882 expresa:

"Gobernador y Amigo: Salud en este día memorable: Hoy hablarán
los hombres y las piedras, las que V. va a colocar como fundamento
de la nueva ciudad, proclamará en los tiempos la potencia de la
Voluntad puesta al servicio del genio enérgico y creador".

"Con motivo de la edificación de nuestra futura capital se ha recordado
la fábula del músico tebano, a los sones de cuya lira de oro alzáronse los
muros de la ciudad de Epaminondas y de Píndaro. Si S.V. no posee el
mágico instrumento, tiene la inspiración vencedora y realiza un prodigio.. "

Entre las personalidades oficiales y representativas se encontraban los siguientes masones:

– Eduardo Wilde, ministro nacional, iniciado el 19 de Septiembre de 1871 en la Logia "Constancia Nº 7".

– Domingo F. Sarmiento, Presidente de la República y Gran Maestre de la masonería Argentina, iniciado el 31 de Julio de 1854 en la Logia "Unión Fraternal", de Valparaíso

(Chile).

– Benjamín Victorica, Presidente de la suprema Corte, ministro, iniciado en la Logia "Jorge Washington" de Concepción del Uruguay.

– Manuel R. Trelles, científico e historiador, académico de Historia en Madrid, iniciado en 1867 en la Logia "Confraternidad Argentina".

– Carlos Casares (h), Gobernador de la Provincia, estanciero, fundador de la Logia "Unión del Plata Nº 1", en 1855.

– Carlos D'Amico,Ministro de Gobierno de la Provincia y futuro Gobernador, iniciado demuy joven fue Gran Maestre del Gran Oriente del Rito Argentino, íntimoamigo del Dr.

Dardo Rocha y del Arquitecto Pedro Benoit.

– Juan Dillon, contador General de la provincia, iniciado el 2 de Octubre de 1882 en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13".

– Mauricio Maller, militar húngaro incorporado al Ejército Argentino, iniciado el 10 de Julio de 1870 en la Logia "Caridad Nº 22".

– Benjamín del Castillo, legislador, iniciado el 23 de Agosto de 1863 en la Logia "Asilo del Litoral No. 18".

– Ricardo Marcó del Pont, catedrático iniciado en la Logia "Luz del Oeste Nº 55".

– Adolfo Miranda Naón,senador nacional, uno de los fundadores del diario platense "El Día" y luego director del mismo, iniciado el 3 de Noviembre de 1885 en la Logia "La

Plata No. 80".

– Luis C. Pintos, diputado nacional, hijo de masón, fue iniciado en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13" el 27 de Junio de 1866.

– Miguel Goyena, hijo de masón, iniciado el 30 de Junio de 1869 en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13".

– Adolfo F. Lescano. Iniciado en 1888 en la Logia "La Plata Nº 80".

Ya en las primeras horas de la fundación se habían instalado varias Logias en la nueva ciudad, entre ellas: "Luz y Verdad", "Spretta Uguaghanza", "Triunfo y Justicia", "Hijos del Universo", etc.

Pero la que más se destacó fue la Logia "La Plata No. 80" fundada por el Arquitecto Pedro Benoit.

En sus archivos podemos encontrar los apellidos más ilustres de la nueva Capital, como los de: Florentino Ameghino, Eduardo Ves Losada, Manuel H. y César Lagenheim, Julio Sánchez Viamonte, Dalmiro Sáenz, Alberto Gregorio, Carlos A. Fajardo,Vicente Isnardi, Juan B. Lavié, José Sixto Alvarez (Fray Mocho),entre otros, pero los nombrados bastan para comprobar que La Plata no fue un mero resultado de las circunstancias que rodeaban al país, sino más bien, fue una obra consciente, especulativa y operativa de los Hermanos masones con un sentido constructivo.

La parte final del acta fundacional instaba a que las generaciones futuras que en su centenario quisieran conmemorar este acto y constatar la existencia de los documentos y objetos que le acompañan lo hiciesen realizando la excavación partiendo del punto céntrico.

Esto se realizó en el año 1982, los objetos allí encontrados se depositaron en el Museo Dardo Rocha de la ciudad y nuevamente se repitió el acto fundacional,es decir 100 años después, con la misma consigna a las generaciones venideras.

Finalmente, debemos destacar que para el año 1891, a solo nueve de la fundación, se habían establecido en la ciudad otras corrientes esotéricas, entre ellas cinco cartas patentes regulares del Martinismo fundado por Gérard Encausse en Francia.

Hoy en día, lamentablemente la ciudad de La Plata cuenta tan solo con dos Logias que luchan por subsistir y que no son reconocidas por el Gran Oriente Argentino.


JULIO VERNE, LA MASONERÍA Y LA CIUDAD DE LA PLATA

Una profecía de Verne convertida en realidad El genial escritor francés Julio Verne, anticipó innumerables acontecimientos y descubrimientos científicos, algunos de ellos, hasta con cien años de anticipación.

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Una nota del Investigador Eduardo M. Sebastianelli

Entre sus proféticas visiones figura también la creación de la ciudad de La Plata, actual capital de la provincia de Buenos Aires, República Argentina.

La descripción de esta ciudad la efectuó en un libro publicado en Paris en el año 1879, tres años antes de la colocación de la piedra fundamental de la ciudad argentina, la que en el libro del visionario escritor, “Los quinientos millones de la Begun”, se llamó Franceville, o Villa Francia, como se llamaba a la ciudad de La Plata cuando esta aún carecía de nombre.

En este libro Verne describe con asombrosa exactitud, una ciudad como La Plata, diseñada por médicos sanitaristas, cruzada por amplias avenidas arboladas cada seis cuadras y plazas en cada una de las intersecciones de las mismas, con cuatro grandes parques conectados entre sí por grandes diagonales. Una ciudad con un trazado inteligente que evitaba la formación detugurios, sin recovecos, con calles de fácil acceso para ambulancias y servicios de seguridad.

Una ciudad con los más modernos servicios sanitarios, como el agua potable y la cloaca (alcantarillado).

Los grandes higienistas de aquel tiempo reaccionaron frente al crecimiento de grandes concentraciones tugurizadas que la Revolución Industrial produjo, sin embargo, sus ideas no pudieron concretarse en ninguna organización urbanística del viejo mundo.

Inútiles resultaron los esfuerzos de quienes bregaban por la construcción de ciudades más humanizadas y más saludables.

No fue Europa la que vio nacer estas ciudades.

La primera de ellas, la Villa Francia de Julio Verne, nació en un lejano país del continente sudamericano, en medio de extensos y despoblados campos cubiertos de cardos.

En ellos surgió de la nada la ciudad perfecta, planeada y construida en un todo de acuerdo a los más avanzados criterios del urbanismo decimonónico.

Se llamó La Plata, nombre que se debe a la inspiración de José Hernández, otro escritor, creador del famoso Martín Fierro.

¿Cómo llegaron a esta parte del Nuevo Mundo los pensamientos revolucionarios de los innovadores urbanísticos europeos?

Según el arquitecto Rubén Pesci, creador de la Fundación CEPA (1), estas ideas tuvieron su origenen los ideales de la Revolución Francesa y no nacieron de los arquitectos ni de los urbanistas de aquellos tiempos, sino de los grandes sanitaristas: los médicos.

Pesci indica que “los grandes higienistas reaccionaron contra esas ciudades” que tan bien describiera Dickens.

El movimiento tomó impulso incluso en las cámaras del gobierno británico, que apoyaron los postulados para, como decían, sanear lasciudades.


NACE LA CIUDAD DE LA PLATA

En Buenos Aires existía una verdadera e importante escuela sanitarista, liderada por hombres como Guillermo Rawson, Eduardo Wilde y Emilio Coni.

Estos médicos pregonaban los ideales higienistas y fueron los autores del primer gran tratado urbanístico argentino, como consecuencia de la lucha que libraron en ocasión de la epidemia de fiebre amarilla, que asolara a la ciudad de Buenos Aires en el año 1871.

Estos médicos participaron con frecuencia en importantes congresos internacionales de higiene, llegando a presidir algunos de ellos.

Fueron estos médicos argentinos los que abrazaron aquellos ideales del humanismo liberal europeo y trataron de aplicarlos en nuestro país.

Wildey Rawson asesoraron a Dardo Rocha cuando surgió la necesidad de crear la capital de la provincia de Buenos Aires.

La ciudad de La Plata surge como consecuencia de la primera gran transformación que sufriera la sociedad argentina, proceso que se inicia en el año 1880.

Comenzaba así en el país la búsqueda de los caminos que facilitaran su desarrollo, propiciando profundos cambios en su estructura económica, en su composición social, en su configuración territorial y en el ordenamiento constitucional, político y jurídico del Estado, siguiendo los lineamientos rectores de la Constitución Nacional.

En el año 1880 estalló un conflicto, con verdaderas connotaciones de guerra civil, entre las autoridades de la provincia de Buenos Aires, representadas por el gobernador Carlos Tejedor y el Poder Ejecutivo Nacional.

Tiene origen este conflicto en la decisión del Ejecutivo, de considerar al puerto principal como patrimonio de toda la nación, y no como una exclusividad de la provincia.

Esto dio origen a una larga lucha entre quienes defendían la autonomía de la provincia y quienes sostenían que la única solución era el establecimiento del gobierno federal en la portuaria ciudad de Buenos Aires.

Esta contienda terminó con el triunfo del criterio nacional, que sustentaba el presidente Nicolás Avellaneda y la sanción en el Congreso de la Ley de Federalización de la ciudad de Buenos Aires, el 21 de Septiembre de 1880.

El 7 de Octubre del mismo año el gobierno nacional solicitó al gobierno provincial la libre cesión de la ciudad de Buenos Aires.

La provincia dio su respuesta afirmativa el 4 de Diciembre.

El conflicto sevio así superado, y la provincia se quedó sin su capital.

Ante la necesidad de elegir una nueva sede para sus autoridades, el 4 de Mayo de1881 el gobernador Dardo Rocha dictó un decreto por el cual se designaba una comisión, que tendría a su cargo el estudio de las localidades provinciales, con el fin de establecer cual de ellas resultaría más apropiada para fundar la nueva ciudad capital.

En este decreto se esbozaban los principios fundamentales que deberían servir de base al magno hecho, como así también las características más destacadas y a tener en cuenta del lugar a seleccionar.

Dicho decreto establecía entre otras cosas: “Que los estudios que se practiquen no solo deben llevar el sello de la verdad más absoluta sino que deben ser hechos con sentimiento patriótico”-un verdadero ejemplo para los tiempos que vivimos-.

El 6 de Mayo el gobierno decretó el llamado a concurso de los proyectos para construir las dependencias gubernamentales.

Este decreto establecía con meridiana claridad que “Para que los edificios públicos tengan la solidez, la comodidad, las condiciones higiénicas y artísticas, conviene buscar el concurso del mayor número de personas competentes”.

El concurso contemplaba la construcción de los edificios destinados a Casa de Gobierno, Palacio de la Legislatura, Edificio Municipal, Escribanías (notarías) de Gobierno, Templo Católico, Departamento de Policía con sus anexos y dependencias, etc.

Con fecha 7de Mayo se dispuso que el Departamento de Ingenieros debía proyectar los planos necesarios para que la nueva ciudades tuviera a la altura de las ciudades modernas y para lo cual, se hacía necesario considerar las condiciones generales del país y las costumbres de la población, los medios financieros y el clima.

Se debía poner particular énfasis en la comodidad de los habitantes, considerando el mantenimiento de condiciones de higiene por medio de los últimos adelantos científicos en la materia, y la belleza de sus calles y plazas.

Se incluirían las obras necesarias para mantener operaciones diarias de limpieza de las calles y recolección de residuos, así como también el abastecimiento de agua.

El mismo departamento debía ocuparse de establecer el presupuesto y el trazado de los planos correspondientes para los edificios destinados a Museo, Biblioteca y Archivo General de la Provincia, Consejo de Higiene y Vacuna, Departamento de Ingeniería, Ministerio de Gobierno y Hacienda, Observatorio Astronómico, Monte de Piedad y Caja de Ahorros, Asilo de Huérfanos, Cementerio, Mercado de Abasto dotado de tablada y mataderos.

También se contemplaría la realización de los proyectos de arquitectura para Departamento de Policía, Cárcel de Detenidos y Cuartel de Bomberos, sin embargo, estos últimos se incluyeron finalmente en el llamado internacional a concurso.

Las bases del mismo fueron traducidas a varios idiomas y se distribuyeron en América y Europa.

Se recibieron veintisiete proyectos, provenientes del país y de Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra y Uruguay.

La comisión nombrada para estudiar y recomendar las posibles sedes presentó sus recomendaciones el 1 de Octubre de 1881 y el 14 de Marzo de 1882, el Dr. Dardo Rocha eligió a las lomas de Ensenada como el lugar más adecuado para construir la nueva capital de la provincia de Buenos Aires.

El 5 de Junio de 1882 el Poder Ejecutivo aprobó el plano de la ciudad Capital, que fuera proyectado por el Departamento de Ingenieros, bajo la dirección de don Pedro Benoit.

En previsión de la gran demanda de mano de obra que estas construcciones demandarían, el Poder Ejecutivo comisionó a don Vicente Caetani para que se trasladara a Europa y contratase 1.000 obreros especializados adicionales.

Se estableció para tal efecto un jornal máximo de 6 Francos y el pago del alojamiento para la estadía del primer mes.

Asimismo, se determinó que aquellos trabajadores que vinieran acompañados de sus esposas, recibirían el 50% del costo del pasaje de estas.


La Masonería en la Ciudad de La Plata

Frecuentemente se habla de la gran actividad masónica que acompañó a la fundación y posterior desarrollo de esta urbe.

La Masonería estuvo muy ligada a su fundador, el Dr. Dardo Rocha, a sus colaboradores, a los que demarcaron sus calles, a sus primeros funcionarios públicos, a los edificios, y sobre todo, al trazado de sus planos.

El Dr. Dardo Rocha, había sido iniciado por su padre, el coronel Juan José Rocha, en el año 1858 cuando contaba con tan sólo veinte años de edad, en la Logia "Constancia Nº 7".

El principal colaborador del Dr. Rocha, y quien fuese responsable del trazado del plano de la futura ciudad, el arquitecto Pedro Benoit, había sido iniciado el 26 de octubre de 1858 en lalogia "Consuelo del infortunio Nº 3".

Pedro Benoit había nacido en Buenos Aires, el 18 de Febrero de 1836, y era hijo del ingeniero francés Pedro Benito Benoit.

Desde los catorce años se desempeñó junto a su padre en el Departamento Topográfico y en la sección de Geodesia del Departamento de Ingenieros.

Muchas de las obras que ejecutó en los años anteriores a la fundación, tendrían una importancia fundamental en ella, entre las que se destacaron: en la ciudad de Buenos Aires, la construcción de obras de fortificación para la defensa y emplazamiento de baterías; proyectó y construyó varios puentes de campaña; (proyectó) la antigua Facultad de Derecho; las iglesias de Santa Catalina (en las localidades de: Merlo, San Justo, Moreno, Ensenada, San Vicente, Juárez, Azul y Buenos Aires).

Desde el primer momento se vinculó a Dardo Rocha para la fundaciónde la nueva capital de la provincia, y formó parte de la comisión para el concursode los planos en su carácter de vocal del Departamento de Ingenieros.

Presentó los planos del trazado de la ciudad, aunque no firmó al pie ninguno de ellos, sino que fue mencionado como autor de los mismos en el año 1888.

Formó la comisión de división de solares, dividiendo a su vez a esta en tres grupos formados de la siguiente manera: el primero dedicado al trazado perimetral y de avenidas, estaba compuesto por los Sres. Carlos Glade,que fue iniciado el día 27 de Septiembre de 1864 en la Logia"Germania Nº19", Germán Kuhr y Miguel Pérez.

El segundo, a cargo de la división de calles y diagonales, estaba formado por los Sres. Carlos A. Fajardo, (Masón, del que si bien no contamos con la fecha de su iniciación, lo encontramos en 1894 formando parte de la tenida magna en la instalación de un Capítulo), Julio Serna y Pedro Bena.

Y el tercer grupo que debían parcelar los terrenos, estaba formado por los Sres. Nicolás Calvo, Julio Arditi y Paulino Campbell (los tres masones).

Luego de la fundación, el Arquitecto Pedro Benoit, realizó los planos de laIglesia San Ponciano; se le encomendó la dirección del artístico arco de entrada al Bosque en el año 1884, que ahora ha desaparecido, dibujó el primer escudo de la ciudad; proyectó los planos de la Catedral y en 1893, se le encargó la dirección técnica de las obras.

Fue además autor de los planos del Cementerio y del Observatorio Astronómico; después dirigió desinteresadamente las obras de la Iglesia de San Pedro, en Mar del Plata, hasta su deceso ocurrido en esta ciudad, el 4 de Abril de 1897.

Sus restos fueron trasladados a Buenos Aires, para ser sepultados en la Recolecta. Como sabemos, la Arquitectura es una de las artes fundamentales de la Masonería, y muchos masones, conociendo que los fundadores y sus colaboradores eran Hermanos, han tratado de buscar algún símbolo masónico en el plano de la ciudad, tal es así, que, como se puede observar en el mismo, han pretendido identificar estos símbolos en las diagonales que la dividen, comparándolos con las herramientas del Arte.

Si todo fuese tan simple, todo estaría aclarado; pero no es así, en realidad el plano de La Plata esconde más cosas de las que se pueden observar a simple vista, su estudio conlleva un esfuerzo mayor.

En él, el Arquitecto Pedro Benoit y sus allegados han situado todo su conocimiento sobre Geometría Sagrada, y el proceso de develar su mensajees bastante complejo, pero para quien esté familiarizado con este tipo de "Geometría" seguramente le será interesante y práctico.

Algunos ejemplos de su extraordinaria traza lo son el hecho de que: la ciudad es un cuadrado simétrico que mantiene su forma desde el tiempo de la fundación; está dividida por dos grandes diagonales que la cruzan de Este a Oeste y de Norte a Sur ; en su centro geométrico fue colocada la piedra fundamental, de la que hablaremos más adelante; el rombo formado por los cuatro diagonales centrales forman una "Vesica Piscis",realizada con una unidad equivalente a 1,6180339, es decir el número áurico.
El perímetro de la ciudad dividido por el largo de su diagonal (Este-Oeste o Norte-Sur) es igual a3,1416.

Cabe destacar que la ciudad de La Plata fue totalmente proyectada en abstracto, pues, hasta ese momento no se sabía dónde se iba a asentar, por lo tanto sus arquitectos pudieron establecer las bases que consideraron más oportunas.

El plano se comenzó a trazar a partir de un centro, un círculo, un triángulo y un cuadrado, que es exactamente la cuadratura del círculo, que tiene en la Geometría de la Vida individual una importante y definida aplicación.

La localización de un cuadrado áurico en una zona de la ciudad denominada El Bosque (un sector de recreo, arbolado y libre de contaminación ambiental); estos son algunos aspectos del verdadero mensaje que nos dejaron sus fundadores, y que serán tratados con detenimiento en mi próximo libro.

Continuando con la fundación de La Plata, podemos agregar que el nombre de la misma fue propuesto por el poeta José Hernández (creador del "Martín Fierro", obra cumbre de la literatura Argentina) íntimo amigo de Dardo Rocha e iniciado el 28 de Agosto de 1861 en la Logia "Asilo del Litoral Nº 18".

El día 19 de Noviembre de 1882, alrededor de las 16 horas fue colocada la piedra fundamental, que consistía de una caja de piedra, en cuyo interior había otra de plomo, dentro de la cual se colocó una redoma de cristal con diversos documentos, entre ellos, una copia del acta fundacional, una copia de la Constitución Argentina, además de monedas de la época y numerosas medallas de las Logias que participaron activamente en la construcción de la ciudad, entre ellas: "Unione Italiana", "Confraternidad Argentina", "Regeneración", "Tolerancia", "Luz y Verdad", "Caridad", "Abraham Lincoln", "Liberi Pensatori", "Unión", "Cárita", "Protectora de los Pobres" y "Progress".

Una vez colocada la redoma, se cerró y se selló, se soldó la caja de plomo y se le colocó sobre ella una plancha de mármol de Carrara conla inscripción "Esta caja contiene el acta de inauguración de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires".

Sobre la plancha de mármol se colocó la tapa de la mencionada cajade piedra; y con una cuchara (trulla), construida especialmente, de oro con incrustaciones del mismo metal y ocho brillantes en la empuñadura de ébano, el Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Victorino de la Plaza (iniciado en 1867 en la Logia "Regeneración Nº 5"), selló la misma con una mezcla de arena y cal que se había preparado en una batea maciza de caoba, con agarraderas de ébano e incrustaciones doradas.


Colocación de la Piedra Fundamental deLa Plata

Todo fue una fiesta, en la plaza principal se habían colocado varios palcos en semicírculo entre los que se hallaba el palco oficial.

En diferentes lugares se colocaron arcos y trofeos con las más diversas inscripciones, entre ellas: "Paz y Libertad", "Orden y Progreso", "Amor por la libertad y respeto por las instituciones", "El ejercicio de los derechos políticos es necesario para el gobierno libre", "No basta odiar a la tiranía".

Entre los personajes que en el momento hicieron llegar sus mejores votos al gobernador Dardo Rocha, podemos mencionar a Carlos Guido y Spano, quien en la carta fechada el 19 de Noviembre de 1882 expresa:

"Gobernador y Amigo: Salud en este día memorable: Hoy hablarán los hombres y las piedras, las que V. va a colocar como fundamento de la nueva ciudad, proclamará en los tiempos la potencia de la Voluntad puesta al servicio del genio enérgico y creador".

"Con motivo de la edificación de nuestra futura capital se ha recordado la fábula del músico tebano, a los sones de cuya lira de oro alzáronse los muros de la ciudad de Epaminondas y de Píndaro.

Si S.V. no posee el mágico instrumento, tiene la inspiración vencedora y realiza un prodigio... "

Entre las personalidades oficiales y representativas se encontraban los siguientes masones:

Eduardo Wilde, ministro nacional, iniciado el 19 de Septiembre de 1871 en la Logia "Constancia Nº 7".

Domingo F. Sarmiento, Presidente de la República y Gran Maestre de la masonería Argentina, iniciado el 31 de Julio de 1854 en la Logia "Unión Fraternal", de Valparaíso (Chile).

Benjamín Victorica, Presidente de la suprema Corte, ministro, iniciado en la Logia "Jorge Washington" de Concepción del Uruguay.

Manuel R. Trelles, científico e historiador, académico de Historia en Madrid, iniciado en 1867 en la Logia "Confraternidad Argentina".

Carlos Casares (h), Gobernador de la Provincia, estanciero, fundador de la Logia "Unión del Plata Nº 1", en 1855.

Carlos D'Amico, Ministro de Gobierno de la Provincia y futuro Gobernador, iniciado de muy joven fue Gran Maestre del Gran Oriente del Rito Argentino, íntimo amigo del Dr. Dardo Rocha y del Arquitecto Pedro Benoit.

Juan Dillon, contador General de la provincia, iniciado el 2 de Octubre de 1882 en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13".

Mauricio Maller, militar húngaro incorporado al Ejército Argentino, iniciado el 10 de Julio de 1870 en la Logia "Caridad Nº 22".

Benjamín del Castillo, legislador, iniciado el 23 de Agosto de 1863 en la Logia "Asilo del Litoral No. 18".

Ricardo Marcó del Pont, catedrático iniciado en la Logia "Luz del Oeste Nº 55".

Adolfo Miranda Naón, senador nacional, uno de los fundadores del diario platense "El Día" y luego director del mismo, iniciado el 3 de Noviembrede 1885 en la Logia "La Plata No. 80".

Luis C. Pintos, diputado nacional, hijo de masón, fue iniciado en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13" el 27 de Junio de 1866.

Miguel Goyena, hijo de masón, iniciado el 30 de Junio de 1869 en la Logia "Obediencia a la Ley Nº 13".

Adolfo F. Lescano. Iniciado en 1888 en la Logia "La Plata Nº 80".


Ya en las primeras horas de la fundación se habían instalado varias Logias en la nueva ciudad, entre ellas: "Luz y Verdad", "Spretta Uguaghanza","Triunfo y Justicia", "Hijos del Universo", etc.

LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA Image028
Pero la que más se destacó fue la Logia "La Plata No.80" fundada por el Arquitecto Pedro Benoit.

En sus archivos podemos encontrar los apellidos más ilustres de la nueva Capital, como los de: Florentino Ameghino, Eduardo Ves Losada, Manuel H. y César Lagenheim, Julio Sánchez Viamonte, Dalmiro Sáenz, Alberto Gregorio, Carlos A. Fajardo, Vicente Isnardi, Juan B. Lavié, José Sixto Alvarez (Fray Mocho), entre otros, pero los nombrados bastan para comprobar que La Plata no fue un mero resultado de las circunstancias que rodeaban al país, sino más bien, fue una obra consciente, especulativa y operativa de los Hermanos masones con un sentido constructivo.

La parte final del acta fundacional instaba a que las generaciones futuras que en su centenario quisieran conmemorar este acto y constatar la existencia de los documentos y objetos que le acompañan lo hiciesen realizando la excavación partiendo del punto céntrico.

Esto se realizó en el año 1982, los objetos allí encontrados se depositaron en el Museo Dardo Rocha de la ciudad y nuevamente se repitió el acto fundacional, es decir 100 años después, con la misma consigna a las generaciones venideras.

Finalmente, debemos destacar que para el año 1891, a solo nueve de la fundación, se habían establecido en la ciudad otras corrientes esotéricas, entre ellas cinco cartas patentes regulares del Martinismo fundado por Gérard Encausse en Francia.

Hoy en día, lamentablemente la ciudad de La Plata cuenta tan solo con dos Logias que luchan por subsistir y que no son reconocidas por el Gran Oriente Argentino.


El Misterioso Frontis de la Legislatura Platense

Los habitantes de la ciudad de La Plata, que la han habitado antes del año 1935, habrán podido observar el frontis de la fachada del Palacio Legislativo sobre la avenida 7 entre las 51 y 53, en el tímpano del mismo.
Hoy descansa el escudo nacional; pero en ese mismo lugar, sobre las cuatro columnas jónicas que le sirven de basamento, se encontraba desde el día de su inauguración y hasta casi mediados de 1935 una estrella de seis puntas formada por dos triángulos equiláteros invertidos uno del otro, al que la tradición denominó “Sello de Salomón” o “Estrella de David”.
Una nota del Investigador Eduardo M.Sebastianelli

Las creencias populares hacen pensar inmediatamente en un símbolo de la religión judía, pero no es así, ya que dicho símbolo solo fue adoptado públicamente por esta religión con la construcción de la primera sinagoga allá por el año 1900 (sica).

Es, que el arquitecto a quien se le encargó los trabajos para ejecutar esta primera sinagoga, se le ocurrió colocar como ornamento en el frente de la misma, este símbolo, que posteriormente fue adoptado e inscripto en todas las que le prosiguieron.

¿Pero entonces, porqué y quienes colocaron este símbolo en el frontis de la legislatura, allá por el año 1885?

La legislatura platense se ejecutó de acuerdo a los planos aportados por los arquitectos Gustavo Hein y Jorge Hagemann, con la dirección del arquitecto Carlos Nordman, contratados en Europa para tal fin.

Las obras tuvieron un costo de 5.000.000.- de pesos moneda nacional y las tareas se iniciaron el 29 de mayo de 1883, las que estuvieron a cargo de los empresarios Pleu y Olivari.

Todos los nombrados eran masones, algunos iniciados en Europa y otros en nuestro país.

En el Libro “La Legislatura de Buenos Aires”, en la página 39 podemos observar una foto de la fachada mencionada con la siguiente referencia:

LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA Image010

“Estrella de seis puntas ubicada en el frontis central.

Representa un símbolo masón formado por dos triángulos (signo pitagórico de la sabiduría).

Se genera una figura con seis triángulos agrupados armoniosamente alrededor de un hexágono central.

Es un hexagrama que reúne los cuatro elementos fundamentales: fuego, agua, tierra y aire.

Los judíos adoptaron el símbolo de la estrella de seis puntas, que fue incorporado por el rey David, en la construcción del Templo de Jerusalén.

La historia de la masonería se relaciona íntimamente con la de los gremios de los constructores, especialmente en la edad media.

En Inglaterra un documento Francmasónico (Franc: Libre-masón: Albañil Constructor) que data del año 1649, indica que Euclides, maestro de las Siete Ciencias, dictó determinadas reglas a las que debían someterse los arquitectos.”

Esto es una verdad a medias, y es por eso que trataré de explicar más claramente el significado de éste y otros símbolos masónicos que se encontraban y se observan en la foto del frente de la legislatura Bonaerense.

El hexagrama o estrella de seis puntas, formada por dos triángulos equiláteros entrelazados, constituye un símbolo muy familiar para los masones, conocido con el nombre de “Sello de Salomón” o “Signo del Macrocosmos” en contraposición de la estrella de cinco puntas o “pentagrama” o “Signo del microcosmos”.

El Sello de Salomón es analógicamente el símbolo del Universo; que indudablemente, también representa en este caso, el Mundo que nos rodea (la ciudad y sus habitantes).

En la masonería, los dos triángulos se representan con el color rojo o blanco el de arriba y negro o azul el de abajo, indicando respectivamente dos polaridades (o fuerzas) que se equilibran en el centro y que producen una elevación centrífuga.

LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA Image029

El hexagrama expresa muy bien el principio de analogía y correspondencia (no así el de sabiduría como se expresa en la referencia de la foto) formulado en la piedra Roseta: “Lo que está arriba es como lo que está abajo, y lo que está abajo es como lo que está arriba”.

Tomando este axioma y analizando el símbolo en el edificio en que se encuentra, se puede traducir de la siguiente manera: “el que se encuentra adentro de este recinto es como el que está afuera, y el que está afuera es como el que está adentro del recinto”.

Es decir, que la representación de los legisladores estaría dada por el triángulo de arriba y el pueblo por el triángulo de abajo, asegurando por el centro del hexágono la verdadera representación entre estos dos mundos, la representación del pueblo por medio de sus gobernantes reunidos dentro del recinto, en otras palabras, “que lo que está dentro puede sentir lo que está afuera”, esta aseveración es de gran importancia para nosotros.

Representa además la estrella de seis puntas la espiral evolutiva formadora de los mundos desde el estado primitivo hasta la formación de un sistema que coordina la armonía en sus distintas esferas.

El triángulo de arriba son los principios, inmanifestados y misteriosos, permanentes y reales, y el triángulo inferior es su reflejo, transitorio: la creación en sus miríadas de seres y formas cambiantes y finitas.

En este símbolo estos dos mundos que uno es el reflejo del otro, se encuentran en perfecto equilibrio ya que uno es el reflejo del otro y, en esto, este símbolo es una figuración exacta de la analogía.

Pero este no es solo el único símbolo masónico que se podía observar en elfrontis de la legislatura, ya que en el arquitrabe del mismo se pueden ver otros tres de similares características entre ellos y que eran muy utilizados por los masones Activos u Operativos de la edad Media acostumbrados a poner alguna marca o señal de su propia invención, estos símbolos son los que reproducimos aquí y se pueden observar en la referida foto: Al igual que los pintores que utilizaban un monograma para identificar sus obras, estas marcas se encuentran en las catedrales, iglesias, castillos y otros edificios majestuosos erigidos desde el siglo XII tanto en Alemania, Francia, Inglaterra y Escocia.

Se componían principalmente de cruces, triángulos y otras figuras geométricas, como las que observamos en la legislatura bonaerense.

Algunos modelos que se encuentran diseminados por el mundo en diferentes edificios son de las siguientes formas: M.Didrom, quién realizó un exhaustivo informe sobre la observación de estas marcas de los albañiles para la “Comisión de las Artes y Monumentos” de París, dice que se puede descubrir en ellas referencias de distintas escuelas o Logias Masónicas.

Las divide en dos clases, la de los arquitectos o sobrestantes y la de los hombres comunes que trabajaban la piedra.

Las marcas de los arquitectos consistían siempre en monogramas geométricos, en tanto que la de los obreros de la piedra, utilizaban símbolos tomados de la naturaleza, como llanas, patos, masas, etc.

Es decir, que los símbolos o marcas que se encontraban en nuestra legislatura, eran algo más que simples ornamentos, son, claramente emblemas masónicos y bien diferenciados, ya que el primero pertenecía a una escuela o Logia, los otros dos eran de la misma Logia, justamente en referencia a los tres arquitectos a los que se le habían encargado los trabajos y planos.

El Sr. Godwin, de La Sociedad Londinense de Anticuarios opinaba: “que si estas marcas se clasificaran y compararan, podrían ayudar en la localización de la conexión de varias congregaciones de obreros, quienes se unieron y se extendieron por toda Europa y América bajo la denominación de Francmasones”.

El Sr. Godwin describe además que estas marcas varían en su longitud de dos a doce pulgadas, a veces formada por una sola línea ligeramente dentada, considerando principalmente en cruces y símbolos masónicos conocidos, emblemas de la trinidad, rectángulos divididos en dos, el doble triángulo, etc.

El mismo autor cuenta que en un documento fechado en septiembre de 1844 unconstructor de la Catedral de Canterbury, cuenta que él, como todos los que eran masones, tenían sus marcas transmitidas de generación en generación; y que él tenía su marca legada de su padre, quien la había recibido de su abuelo.



Eduardo M. Sebastianelli

Mail para comunicarse con el autor

Tomado de: http://www.laplatamagica.com.ar/masones1.htm



Bibliografía

Alfredo Orfila: "Pedro Benoit, en Anales de la Sociedad Científica Argentina", Bs. As., 1897.

José María Rey: "Tiempo y fama de La Plata", La Plata MCMLVII, p. 85, 148 1932.

Diario "El Día": distintas publicaciones.

Emilio Coni: "Reseña estadística y descriptiva de La Plata", p. 103.

Martín V. Lescano: "Las sociedades Secretas, políticas y Masónicas en Buenos Aires", Tomo II, 1927.

Jorge Ferro: "La Masonería en la fundación de La Plata", Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, España 1991.

"La Plata a su fundador": Publicación en conmemoración del cincuentenario de la fundación. 1939.

Alcibíades Lapas: "'La masonería Argentina a través de sus hombres", Buenos Aires. 1966.

Ernesto Valsecchi: "La Masonería en La Plata", La Plata, editado por la logia La Plata Nº 80. 1978.

Álbum biográfico de los librepensadores: Buenos Aires 1909.

Emilio J. Corbière: "La Masonería" política y sociedades secretas en la Argentina; Editorial Sudamericana. Buenos Aires. 1998.

Aldo Lavagnini: "Manual del Maestro", Ed. Kier. Buenos Aires. 1962.

Siete Maestros Masones: "Símbolo, Rito, Iniciación", Ed. Obelisco. Barcelona. 1992.

“La Legislatura de Buenos Aires” Manrige Zago. Ed. Manrige Zago. Argentina“ Símbolos, Rito, Iniciación” Siete Maestros Masones. Ed. Obelisco. 1992 España “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada” René Guénon Ed. EUDEBA 1988 Arg.

"Enciclopedia de la Francmasonería” A. Mackey Ed. Grijalbo Tomo 41981 México.

"A Contemporary Course of the Quintessence of Hermetic Occultism” Ed. George Allen & Unwin Ltd. 1962 London “ La Masonería Revelada, Manual del Compañero” Aldo Lavagnini Ed. Kier S.A. 1964 Argentina


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LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA Empty Re: LA MASONERIA Y LA CIUDAD DE LA PLATA

Mensaje por Admin Vie Jun 18, 2010 4:35 pm

“Luz y Verdad” N°79 (creada diez días después de la fundación de la ciudad) y “La Plata” N°80 (impulsada por Pedro Benoit en 1887) fueron las dos primeras logias locales.

Sus respectivos números representan el orden de surgimiento que tuvieron en el país.

Según el censo realizado en 1910, “en La Plata había diecisiete logias, por lo que se calcula que eran cerca de 600 masones”, explica María Carlota Sempé, antropóloga y titular de la Cátedra de Arte, Tecnología yAntropología de la Facultad de Ciencias Naturales de La Plata.

Sempé, que realizó diversos estudios sobre la Masonería en la ciudad, considera que la declinación de la actividad masónica “se debió al cambio de la sociedad y de las relaciones de poder”, porque los masones “eran fuertes cuando los partidos políticos no lo eran”.

La antropóloga sostiene que a principios del siglo XX las logias permitían que sus miembros compartieran actividades con gente de estratos sociales diversos, en un momento en que las diferencias sociales estaban muy marcadas.

“En muchos casos ingresar a la Masonería sirve para reunirse en grupo y tener una identidad compartida, reforzada por fines altruistas”.

Entre los talleres que funcionaban a comienzos del siglo pasado figuran los siguientes: “19 de Noviembre” (1906), en 46 entre 2 y 3, donde está hoy la Iglesia Adventista; “Democracia” N°146; “Renacimiento” N°152 (1899); “1° de Mayo” N°219 (1908); “Triunfo y Justicia” N°240; “Guillermo Oberdan” N°255 (1910); “Sol de Mayo” N°258 (1910); “Resurgimiento” N°330; “Streta Uguaglianza” (1889); “Bernardino Rivadavia” (1909); “Florentino Ameghino” “Porvenir” (1895); “Federal de Maestros” (1893); “Hermanos Siempre Fieles” (1905) y “Hermanas del Plata” (1905). Una estas logias sesionaba en el actual Teatro Princesa, de diagonal 74 entre 3 y 4.

Los fundadores

La actividad de la Masonería se remonta a los inicios de la fundación de la ciudad.

O, dicho de otra manera, La Plata fue fundada por masones.

Dardo Rocha fue iniciado masón en la Logia “Constancia” N°7" cuando tenía 20 años y estudiaba Derecho.

Su padre, Juan José Rocha, también masón, publicó en 1858 el primer Calendario Masónico que se editó en la Argentina.

Su principal colaborador, el arquitecto Pedro Benoit– responsable del trazado del plano de la ciudad- ingresó a la Orden en1836 a través de la Logia “Consuelo de Infortunio” N°3.

El investigador Sebastianelli relata que, tres días después de que salió el decreto para la fundación de La Plata en 1881, “Rocha nombró a la Comisión para el Estudio del Emplazamiento de la ciudad. Y los diez miembros designados eran masones”.

A su vez, el Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires –encargado de diseñar la capital– estaba compuesto por 36 profesionales, de los cuales 29 eran masones, según un cotejo realizado por el investigador.

Con este planteo no resulta llamativo que el plano de La Plata, y muchos de sus edificios, presenten rasgos o símbolos propios de la Masonería.

Esta ciudad fue un caso emblemático del siglo XIX, cuando la Orden tenía un gran auge en la Argentina y en el mundo.

Sebastianelli recuerda que el nombre de la ciudad fue propuesto por el poeta masón José Hernández, íntimo amigo de Rocha e iniciado en 1861 en la Logia “Asilo del Litoral” N°18.

El19 de Noviembre de 1882, alrededor de las 16, fue colocada la piedra fundamental.

Se trató de una caja de piedra que contenía otra de plomo, dentro de la cual se colocó una redoma de cristal con diversos documentos, entre ellos, una copia del acta fundacional, la Constitución Argentina, monedas de la época y numerosas medallas de las Logias que participaron activamente en la construcción de la ciudad.

3,1416

Las huellas también aparecen en el plano fundacional.

En primer lugar, las diagonales 80 y 79, alineadas con las diagonales 73 y 74, forman la escuadra.

En Masonería esta herramienta simboliza la moralidad, la lealtad y la honestidad.

La diagonal 77 y la diagonal 78 arman el compás (emblema de la virtud) que, cruzado con la escuadra, conforma el símbolo masónico.

Sin embargo, Sebastianelli considera que estos rastros son “una coincidencia o una fantasía” porque, a su entender, lo más importante del plano de La Plata en el sentido masónico está dado, entre otros aspectos, por el número ?, que siempre está presente en la Arquitectura Sagrada.

El investigador observa que el perímetro de la ciudad dividido por la extensión de cualquiera de sus diagonales principales (73 o 74) da como resultado 3,1416.

La filiación masónica de los fundadores platenses, la actividad de las logias a lo largo de la historia y el diseño del plano fundacional, parecen reforzar la afirmación del comienzo: “El que busca a los masones, los encuentra”.


Mitos de bronce


Los investigadores e historiadores de Masonería llevan años tratando de sacudir del imaginario popular platense algunas fábulas que sobrevuelan a los masones que fundaron la ciudad.

El posicionamiento de las estatuas de la Plaza Moreno está entre las leyendas que deberán desmitificar de por vida.

La fantasía fue disparada en 1993 por el libro “La historia oculta de la ciudad de La Plata”, de Gualberto Reynal.

El escritor analiza la ubicación de las estatuas de bronce que representan a las Cuatro Estaciones y la del Arquero Divino –situado en la esquina de 14 y 54– y les otorga significados “oscuros” de los cuales responsabiliza a los masones.

Reynal refiere que la estatua que personifica al invierno y al fuego, ubicada a la altura de 51 entre 13 y 14, apunta con sus dedos índice y meñique hacia la Catedral, mientras que, desde el otro extremo de la plaza, la figura del arquero dirige su flecha (desaparecida desde hace años) hacia el rosetón central del templo.

Apartir de ese hecho concreto, se sostuvo que los fundadores de la ciudad, de procedencia masónica, habían colocado las estatuas en esa posición en un intento por neutralizar el poder ejercido por la Iglesia Católica en el siglo XIX.

El investigador Eduardo Sebastianelli hace un nuevo intento por clarificar la situación.

La estatua que representa al invierno “no está haciéndole los cuernos a la Catedral, sino que tiene la mano semiabierta porque está cuidando el ánfora donde tiene el fuego”, explica.

Por si esa aclaración no lograra sosegar las imaginaciones más fantásticas, Sebastianelli recuerda que las cuatro efigies –realizadas en la fundición francesa de Val d’Osne– no tenían dicha ubicación cuando se construyó la Plaza Moreno, sino que estaban situadas en las cuatro esquinas del cuadrado.

Y, a modo de ejemplo, destaca que aquella que personifica al invierno “miraba en dirección oeste y no hacia la Catedral”.

La leyenda que se dispara desde la flecha del Arquero Divino tampoco parece llegar a buen puerto.

Esa obra, perteneciente al escultor Troiano Troiani, “fue colocada en 1970”, con lo cual “no es un monumento de la fundación”, puntualiza.

Los propios masones aseguran que estas versiones “no tienen fundamento de ningún tipo”.

Javier Martínez, de la Logia “Luz y Verdad”, sostiene que “como todas las fábulas, ésta también quedó grabada en el imaginario colectivo”.

Quizás, por ser de bronce, este mito se hace difícil de derribar.


“Pro Scientia et Patria”

La Universidad Nacional de La Plata mantuvo desde sus inicios una estrecha relación con la Masonería.

Esta institución, además de haber sido fundada por miembros de logias, fue uno de los principales reductos de donde surgieron los masones platenses.

La casa de altos estudios fue creada por ley en 1889, a través de una iniciativa impulsada por el entonces senador Rafael Hernández –hermano del poeta José Hernández– que fue iniciado desde muy joven en la Logia “Caridad” N° 22 y actuó en la Logia “La Plata” N° 80.

Esa ley fue promulgada el 2 de enero de 1890 por otro masón, Máximo Paz, integrante de la Logia “Tolerancia” N°4.

El impulso dado a la universidad por la incipiente sociedad platense, no resultó suficiente para que la institución comenzara a funcionar.

Por el contrario, la desfavorable coyuntura económica que presentaba la crisis de 1890 obligó a esperar siete años hasta que empezaran a dictarse las primeras clases.

En esa oportunidad se designó la primera Asamblea Universitaria que estaba integrada, entre otros, por Dardo Rocha, José Calderón, Jacob Larrain, Ricardo Marcó del Pont, Adolfo Lascano, Jorge Gorostiaga, Pedro Benoit y Julián Romero, todos masones.

Por unanimidad, el cuerpo eligió a Rocha como presidente de la flamante universidad.

Bajo el lema “Por la Ciencia y por la Patria”, el ex gobernador inauguró los cursos en la planta alta del edificio del Banco Hipotecario, situado en la avenida 7 entre 47 y 48, donde actualmente funciona el Rectorado.

Entre los oradores que estuvieron se destacó el naturalista Florentino Ameghino, iniciado masón en la Logia “Luján”.

Siete años después, la falta de recursos le puso fin a la era Rocha al frente de la institución.

En 1905 la Universidad pasó a depender del gobierno nacional y el entonces ministro de Justicia de la Nación, Joaquín V. González, asumió en 1906 como primer presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Por ser hijo de masón, González fue iniciado siendo aún menor de edad en la Logia “Piedad y Unión” N°34 de Córdoba en 1881.

Su diploma de masón lleva estampada la firma de Domingo Faustino Sarmiento como Gran Maestre de la Orden.

A partir de ese momento, estudiantes, profesores y graduados de la UNLP se acercaron a las logias que funcionaban en la ciudad desde fines del siglo XIX.

Este vínculo quedó evidenciado el 18 de noviembre de 1999, cuando la Casa de Cultura de la UNLP inauguró la Cátedra de Libre Pensamiento, con la coordinación del Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina, Jorge Vallejos.

Este espacio –que desde el año pasado está bajo la responsabilidad de la Logia “Luz y Verdad”– promueve la realización de charlas sobre Masonería en las diferentes facultades.

Cuando la casa de altos estudios cumplió 100 años, la Masonería colocó una placa conmemorativa en el hall del Rectorado.

Los masones y la universidad sellaron así un siglo de historia compartida.


El patrimonio de la fe

“Cualquier religión es inconciliable con la idea de la Masonería, porque toda religión se basa en dogmas y la Masonería no acepta dogmas”, remarca Javier Martínez, de la Logia platense “Luz y Verdad”.

Esta afirmación –aclara– sólo rige para la Orden como institución, porque en el plano personal todos los masones deben profesar un credo religioso y, a partir de su creencia, cada uno reconocerá su dios en la figura del Gran Arquitecto del Universo, que es la deidad masónica.

La relación entre la Masonería y la Iglesia Católica registra diferencias históricas.

Sin embargo, esto no impide que gran parte de los masones sean católicos y que también haya habido sacerdotes masones, como el cura Hidalgo, paladín de la independencia mexicana, y el padre Calvo, fundador de la Orden en Centroamérica.

Según el investigador Eduardo Sebastianelli, a pesar de la persecución sufrida por los masones en otros tiempos, existe una importante cantidad de miembros que profesan el catolicismo: “cuando se realiza el rito masónico, siempre hay una escuadra, un compás y (si el masón es católico) una Biblia abierta en el libro de San Juan, que es considerado el apóstol más esotérico”.

La excomunión de los masones dispuesta por la Iglesia Católica no es un mito.

El Director de Estudios del Seminario Mayor “San José” de La Plata, Luis Ángel Tau, indica que desde el siglo XIX, cuando la Masonería se consolidó como sociedad secreta, hubo más de trece condenas que figuran en el primer Código de Derecho Canónigo (1917).

“El nuevo código –si bien no hace alusión directa a la Orden– prohíbe la participación de católicos en sociedades secretas que persigan fines anticatólicos”, puntualiza.

El enfrentamiento con la Iglesia comenzó cuando los hombres de la Masonería –que habían luchado para independizar a los pueblos americanos de la Corona– empezaron a trabajar en pos del laicismo y el librepensamiento, promoviendo las leyes de Cementerios, Registro Civil y del Matrimonio, que limitaron el poder eclesiástico.

Según Tau, también existen diferencias irreconciliables en el plano de la fe.

“La Masonería es deísta, porque cree en el dios de los filósofos, que poco tiene que ver con Jesucristo”.

Y asegura que “un masón de grado alto nunca es practicante, porque si se es librepensador no se pueden aceptar los postulados de la Iglesia: a Jesús se lo acepta y se es cristiano, o no se es“.


Del gremio a la Presidencia

Los orígenes de la Masonería –o Francmasonería– se remontan a los gremios de la construcción que se formaron en la Edad Media.

El término “franc” quiere decir “libre”, y “masón” proviene del francés “maçon”, que significa “albañil” o “constructor”.

Enla Alemania de 1440, los masones fueron obligados a vivir en comunidadpara construir edificios públicos y, por tal motivo, conformaronasociaciones o logias. Cuando esos gremios evolucionaron y empezaron aedificar grandes catedrales, tomaron conciencia del poder quesignificaba su conocimiento.

En 1452 se formó un sólo cuerpo integrado por todos los maestros masones alemanes y se asignaron nombres y signos particulares para reconocerse.

Además, se ordenaron prácticas secretas que debían acatar todos los afiliados.

La asociación de masones libres estaba compuesta de maestros, compañeros y aprendices.

Al entrar a la cofradía, los masones juraban no revelar jamás las formulas y signos de la asociación, así como tampoco los estatutos y oficios.

Los artesanos reconocieron en Dios al Gran Arquitecto del Universo y tomaron los instrumentos de trabajo como símbolos y atributos: el nivel, la plomada y la escuadra se convirtieron en emblemas de orden, medida y equilibrio.

En 1614 ingresaron a las logias hombres provenientes del campo político, intelectual o espiritual, que fueron llamados “masones aceptados” para diferenciarlos de los verdaderos constructores.

La Masonería moderna surge en 1717 con la unión de cuatro logias londinenses que pasaron a formar la Gran Logia de Inglaterra.

La Francmasonería inició el proceso que convertiría a las alicaídas logias operativas en poderosas e influyentes estructuras especulativas formadas por masones “antiguos” y “aceptados”.

Ya en 1723, el Presbítero Anderson redacta la Constitución Masónica que plantea los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Esta sociedad filantrópica se extendió por Europa y sus ritos se fueron diversificando.

Su carácter secreto convirtió a sus miembros en sospechosos.

En varios países sufrieron persecuciones políticas y religiosas.

La Masonería recaló en las costas del Río de la Plata a principios del siglo XVIII, cuando los regimientos que llegaron con las Invasiones Inglesas conformaron las primeras logias de Buenos Aires.

La Argentina tuvo, posteriormente, 14 presidentes masones: Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Irigoyen y Agustín P. Justo.


Postulados masones


“La Masonería no es una sociedad secreta, sino discreta”, se encargan de aclarar una y otra vez sus miembros.

Y el argumento que esgrimen para demostrarlo se basa en que, desde 1879, poseen la personería jurídica otorgada por el gobierno argentino.

En esa oportunidad, la Asamblea Masónica presentó la declaración de principios de la Orden que, aún hoy, resulta el documento más claro sobre sus fines.

Algunos de suspostulados:

-La Masonería es una institución esencialmente filosófica, filantrópica y progresista. Son sus principios: la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; y su lema: Ciencia, Justicia y Trabajo.

- Se propone la investigación de la Verdad, la perfección del individuo y el progreso de la humanidad.

-Considera que la moral es tanto un arte racional como un fenómeno evolutivo propio de la vida colectiva, que obedece a las leyes naturales.

-Reconoce al Gran Arquitecto del Universo como símbolo de las supremas aspiraciones o inquietudes de los hombres que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas.
- Para el esclarecimiento de la Verdad no reconoce otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia.

-Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las creencias de todos los hombres.

-Aspira, por la evolución y el esfuerzo organizado de la sociedad, al perfeccionamiento cada vez mayor de las instituciones sociales, transformándolas en las que satisfagan, dentro de un régimen de libertad, justos anhelos de mejoramiento.

-Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo, por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de los derechos y libertades.

-Reconoce e"idad la condición primordial del género humano, es sustantivamente pacifista y considera a la guerra como un crimen horrendo.

-Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre y como tal lo dignifica y lo honra, sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho y se esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los beneficios del amparo colectivo a que son acreedores.


La Verdad Divina

“La investigación de la Verdad, es el objeto esencial de la Masonería, lo cual se verifica desde el momento de la iniciación hasta la consumación de este designio.


El Aprendiz da principio a su investigación buscando la luz, la que simboliza en la PALABRA, que es al mismo tiempo el símbolo de la VERDAD.

Prosigue su investigación como Compañero Masón, buscando la luz.

Y el Masón Maestro, con la creencia de que él la ha logrado, obtiene solamente su sustituto; pues la Verdadera Palabra, la Verdad Divina, no habita en el templo de nuestra vida terrenal, sino en el segundo templo de la vida eterna”.





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