LEONEL VALDES, EL MEJOR HOMENAJE

LEONEL VALDÉS, EL MEJOR HOMENAJE




Siempre he dicho a mis hijos que prefiero una botella de ron ahora y no la corona de flores cuya fragancia me repugna y no podré oler. No me interesa el discurso de despedida cuando mis oídos se encuentren sordos, una simple palabra de cariño, aunque sea expresada en bromas, la aceptaré con más placer ahora que estoy vivo.
La tendencia actual es apartarse un poco de los viejos, existen muchas excepciones, pero el comportamiento moderno es ese. En la medida que te aplastan los años, te mueven hacia un rincón como un mueble viejo y luego, cuando tu presencia no se ajusta a la decoración, vas de cabeza para un “home”, versión floridana de lo que es un “asilo” para nosotros. Es entonces cuando se comienza a morir de verdad sin haber cerrado los ojos.
Anoche vi el programa de Alexis Valdés, lo disfruté con esa mezcla de alegría y dolor, no es fácil hacer humor recordando todas las travesuras y pasajes de su viejo. Hacía solo unas horas le había brindado su último adiós y no faltaron las oportunidades en las que hizo un esfuerzo sobrehumano para contener las lágrimas. Alexis es odiado y amado, aplaudido y criticado, ese riesgo es enfrentado por todo aquel cuya vida trasciende más allá de las puertas de su casa y penetra en las tuyas. Le dedicó un merecidísimo homenaje a quien fuera su padre, demostró en esa hora su grandeza como artista, y hombre. Muy por encima de esas profesiones tan difíciles en estos tiempos, sobresalió en todo momento esa manifestación del hijo que amó a su padre y se siente eternamente agradecido. Para nadie es un secreto las excelentes relaciones que siempre existieron entre ambos, solo me queda gritarle un ¡Bravo! que retumbe en toda la península de La Florida. No todos tenemos esa oportunidad, pero me alegra mucho cuando es bien aprovechada por los que disponen de ese privilegio.
Las anécdotas escuchadas en ese espacio de tiempo, resultaron la delicia de los presentes y las de muchos de los que estábamos clavados frente a la pantalla. ¡Ojalá!, mi funeral transcurra en ese ambiente, si fui un jodedor en vida, ¿por qué no despedirme tal y cual he sido?
Sin embargo, la parte triste de ese recorrido se mantuvo latente en mi mente hasta estos instantes, una sola pregunta me ha estado martillando. ¿Por qué la sociedad no lo premió cuando se encontraba entre nosotros? ¿Será necesaria la fama mundial o haber vivido medio siglo en La Florida para ganarla? Nuestra Reina Celia Cruz fue merecedora y disfrutó de ese digno acto de gratitud que le debe la sociedad a cada ser que nos ha regalado parte de sus vidas para alegrar la nuestra. Ella tuvo también el funeral que se merece toda soberana, pero en este reino, no todos alcanzan la gloria de una corona. Existen también los Príncipes, Duques, Infantes, Caballeros y hasta simples plebeyos que alguna vez nos arrancaron una sonrisa o aplauso.
Muchas veces nos desgastamos en batallas infecundas y cuando peleamos no miramos hacia nuestros lados, usamos viseras como los animales que tiran de una carroza o carretón. Nuestra arrogancia, envidias, vanidades, intransigencias, olvidos, insensibilidad y cuanto defecto actual nos deshumaniza, no nos permite apreciar la gloria sembrada por otros seres.
Creo, es una gran responsabilidad de todos aquellos que una vez compartieron escenarios, cámaras, camerinos y hasta aventuras fuera del set, movilizar a la opinión pública cuando existe ceguera o sordera de quienes dirigen a la sociedad. La indiferencia de unos pocos no podrá sepultar toda la gloria y el éxito alcanzado por esos seres. Muchos de ellos han llegado al exilio en el ocaso de sus vidas buscando un poco de libertad, no podemos condenarlos por eso. Ellos han dejado sus huellas en varias generaciones de cubanos, son merecedores de nuestro reconocimiento y gratitud. Tenemos a un Reinaldo Miravalles en el abismo de su vida, no nos demoremos demasiado.
Varias veces he criticado a Alexis, esta vez debo aplaudirlo, hizo de tripas corazón y contuvo todo su dolor para rendirle homenaje a su viejo. Estoy convencido de que también lo hizo en vida, pero su actuación de anoche nos da una idea de su grandeza como hombre, artista e hijo.



Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2010-09-08