*** Her Man *** Homenaje a Guillermo Cabrera Infante
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*** Her Man *** Homenaje a Guillermo Cabrera Infante
De la Cinemateca de Guillermo Cabrera Infante y Miriam Gómez. Un filme de Tay Garnett. Ocurre en La Habana, es el primer filme inspirado en Yarini, y era una de las películas preferidas del gran escritor cubano.
Para más información en : http://zoevaldes.net/2011/02/07/homen...
Homenaje especial a Guillermo Cabrera Infante. De su Cinemateca personal: Her Man de Tay Garnett.
febrero 7, 2011
Zoé Valdés
A partir de hoy hasta el mes de abril este blog dedicará un homenaje muy especial a Guillermo Cabrera Infante. El 21 de febrero se cumplirán seis años de su desaparición física, en los próximos meses se editará en España el primer tomo -dedicado precisamente al cine- de sus Obras Completas, y el 22 de abril el autor de La Habana para un Infante Difunto, Tres Tristes Tigres, Cuerpos divinos, entre otras joyas de la literatura cubana y universal, cumpliría 82 años.
Este homenaje constará de varias sorpresas. Hoy empezaremos con una de ella, gracias a Miriam Gómez, que nos ha permitido acceder a la Cinemateca que durante años crearon ellos en el exilio. Se trata de una Cinemateca privada que atesora los mejores títulos de la cinematografía mundial; algunos de esos títulos, ya libres de derechos, y sin circulación alguna, o con muy poca, se colgarán en este blog. Miriam Gómez ha querido así que los lectores disfruten de las películas que amaron Guillermo Cabrera Infante y ella. Yo le agradezco infinitamente.
Empezaremos con las películas realizadas en Hollywood con tema cubano. Hoy iniciamos el ciclo con Her Man, una película de Tay Garnett, filmada en el 1929, año del nacimiento de Guillermo Cabrera Infante, estrenada en septiembre del 1930. Aunque la ficha de la película afirma que se trata de París, verán ustedes que la trama se desarrolla en La Habana de los años veinte y la ciudad que se ve ahí es la del año 29, año del nacimiento del escritor, además uno de los protagonistas principales está inspirado en el personaje real de Yarini. Por primera vez Yarini era tratado de manera indirecta como un personaje de ficción, más tarde vendría el tratamiento que hizo Carlos Felipe en el teatro: Réquiem por Yarini.
La película no se puede conseguir de ninguna manera, y gracias a Ricardo Vega que hizo la parte técnica, pude subirla en este blog y más tarde a youtube. Hay un corte comercial intermedio que no se pudo eliminar. No se la pierdan, disfrútenla, y para los lectores de Guillermo Cabrera Infante, sepan que esta era una de sus películas más apreciadas.
http://zoevaldes.net/2011/02/07/homenaje-especial-a-guillermo-cabrera-infante-de-su-cinemateca-personal-her-man-de-tay-garnett/
Forbidden
Forbidden forma parte del Ciclo Homenaje a Guillermo Cabrera Infante, propiciado por Miriam Gómez. Era una de sus películas preferidas, transcurre una parte en La Habana. Y Miriam Gómez ha querido hacer este regalo a los lectores de la obra de GCI.
Forbidden, 1932, de Frank Capra.
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A Message to Garcia
La semana pasada pudimos apreciar a Barbara Stanwyck en uno de sus mejores roles: Forbidden, no podemos negar que es la película ideal para pasar un amoroso Día de los Enamorados. Ayer les anunciaba un sorpresón, y en esta ocasión la veremos, nada más y nada menos, que haciendo de cubana, en un filme que nos hará vibrar a todos: A Message to García (1936) de Georges Marshall.
Acompañaron a Barbara Stanwyck en este filme los actores Wallace Beery, John Boles, Alan Hale, Enrique Acosta en el personaje del General Calixto García, entre otros.
A Message to García es una película muy importante y necesaria, sobre todo en estos momentos, en que pronto se conmemorará el 24 de febrero de 1895, fecha en la que se dio en Cuba el Grito de Baire -día escogido porque era la primera noche de carnaval de aquel año-, con el objetivo de reiniciar la Guerra por la Independencia de la isla. Esta película se hizo basada en un ensayo escrito por Elbert Hubbard, publicado originalmente en 1899, traducido a 37 idiomas, que ayudó mucho a la causa cubana. Miriam Gómez fue quien me puso en la pista de este ensayo.
Sobran las palabras para describir esta película, propongo que la vean, sin más. No sin antes agradecer a Miriam Gómez, a Guillermo Cabrera Infante, y a Ricardo Vega.
A Message to García, de Georges Marshall (1936), con Barbara Stanwyck. Una película sobre la historia de Cuba durante la Guerra de independencia, en Homenaje a Guillermo Cabrera Infante y de su Cinemateca personal.
Damos las gracias a Miriam Gómez que desea que todos podamos ver estas películas. Y a Ricardo Vega.
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Yellow Jack (1938), de Georges B. Seitz
Zoé Valdés
Yellow Jack (1938), de Georges B. Seitz, es la cuarta película del Ciclo en Homenaje especial a Guillermo Cabrera Infante, de su Cinemateca Personal, que estaremos apreciando hasta el mes de abril próximo, gracias a la generosidad de Miriam Gómez, quien también agradece todos los mensajes que los lectores de este blog le han escrito aquí, a su vez entusiasmados.
Miriam Gómez ha querido que estas películas lleguen a la mayor cantidad posible de personas, y que juzguen ustedes mismos el respeto con que se trataba a Cuba, por lo que ella misma era, antes de 1959 en el mundo entero.
Vean al actor Charles Coburm, Miriam Gómez señala que fue uno de los grandes actores de carácter del cine norteamericano, y que aunque no se parecía a Carlos J. Finlay, se nota la intención del Estudio de hacer notar la integridad del científico, y la importancia y el respeto que tenían por Finlay , encomendándole su interpretación a uno de los grandes.
Vean los planos de la limpieza de La Habana, magistrales, dentro del contexto del tema central: la propagación e investigación de la Fiebre Amarilla y las personas que contribuyeron a erradicarla, y también deberíamos señalar que se toca otro acontecimiento histórico, el de la construcción del Canal de Panamá. En fin, una película que no deberían perderse por nada del mundo.
http://zoevaldes.net/2011/02/26/homenaje-especial-a-guillermo-cabrera-infante-de-su-cinemateca-personal-yellow-jack-1938-de-georges-b-seitz/
Wife Versus Secretary (1936). Clarence Brown
Continuamos con el Ciclo de la Cinemateca Personal de Miriam Gómez y Guillermo Cabrera Infante con Wife Versus Secretary (1936), de Clarence Brown, con un joven y apuesto Clark Gable, una bellísima Mirna Loy y una seductora Jean Harlow que, pese a que murió con 26 años, dejó detrás una extraordinaria cinematografía. Marilyn Monroe siempre reconoció a Jean Harlow coomo su más profunda influencia, lo que probaba una vez más que Marilyn no era nada idiota.
Wife Versus Secretary es una fabulosa comedia romántica, divertida, y transcurre entre Nueva York y La Habana, con el peso en Nueva York, por supuesto. Grandes actores todos, con dos tremendos escenarios, y un guión en el que el amor y los celos como son los temas principales, ¿qué más? Toda elegancia, toda buen gusto, y plena de excelentes diálogos, les prometo que la pasarán divino viendo esta película. También apreciarán a un jovencísimo y hermoso James Stewart. Por cierto, Mirna Loy, que fue una excelente atriz y que murió a los noventa y tantos años nunca fue nominada al Oscar, y sólo le entregaron uno, el Oscar Honorífico a toda su carrera.
Miriam Gómez envía este mensaje a los lectores del blog:
“Me gustaria que se fijen que La Habana de entonces, brillaba tanto o mas, que las dos super estrellas del momento, Jean Harlow y Clark Gable.“
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El título aparece cortado en esta versión
Week-End In Havana (1941). Walter Lang
Homenaje especial a Guillermo Cabrera Infante. De su Cinemateca personal: Week-End In Havana (1941). Walter Lang.
marzo 20, 2011
Seguimos con el Ciclo de la Cinemateca Personal de Guillermo Cabrera Infante y Miriam Gómez, esta vez con Week-End In Havana de Walter Lang, con Alice Faye, Carmen Miranda, John Payne y un fantástico César Romero, el nieto de José Martí, el hijo de María Mantilla. Esta era la sorpresa que les tenía preparada, la de César Romero, y los lugares maravillosos habaneros, verán una escena filmada desde una habitación del Hotel Inglaterra, y detrás se ve el Centro Asturiano, además se ve aquí uno de los lugares más conocidos en La Habana de esa época, y en el mundo: el Sloppy Joe’s.
Para mí, el alma de esta película es César Romero. Espero que la disfruten tanto como yo; disculpen la demora, pero he tenido problemas con los ataques cibernéticos al blog. Por supuesto, los que atacan se creen que pueden hacer lo que hacen en Cuba en cualquier parte del mundo, y sobre todo contra ciudadanos con nacionalidad europea, como yo, que tengo mis derechos, sólo hay que exigir que se respeten.
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Miriam Gómez sobre Week-End In Havana:
“No me gusta mucho musicalmente Week-End in Havana, me recuerda el espectáculo más tardío de Rodney en Tropicana “Me voy pal’ Brasil”, pero se puede ver La Habana a todo color, y a César Romero, hijo y nieto de cubanos, aunque como él dice en la película, nacido en New York.
César Romero, que en los años 60 se convirtió en una figura de Cult, haciendo de Joker en The Batman, en la televisión, fue la gran alegría de esa niña que José Martí adoraba, María Mantilla. César también la adoró; fue el mejor de los hijos, desde muy joven, cuando la familia se arruinó en el crash del 29, se hizo cargo de sus padres y sus hermanos, bailando profesionalmente.
Él nunca se casó, pero fue el compañero preferido de muchas estrellas que asistían con él a las grandes galas y fiestas, por lo bien educado y elegante que era. También era muy simpático y ameno, y un gran bailarín de salón; en todo esto se parecía mucho a José Martí, según todos los que tuvieron la suerte de conocerlo, y no ese sonso que nos han inventado los intelectuales locales, y del que se ha aprovechado todo delincuente político en Cuba.
Si no lo han leído, le recomiendo “El Martí que yo conocí” de Blanca Z. Baralt y también “La niña de New York” de José Miguel Oviedo. Cuando los lean, conocerán, querrán y admirarán más a Martí, como el ser humano maravilloso que fue.”
Miriam Gómez.
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Documentos relacionados:
Video de 1938 del Sloppy Joe’s.
All The Best In Cuba, guía turística de 1956, de Sydney Clark, donde se habla entre otras cosas del Sloppy Joe’s. Ya verán lo que era La Habana que nos confiscaron.
César Romero en Cuba, junto a Tyrone Power (1946):
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Películas anteriores del Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
http://zoevaldes.net/
marzo 20, 2011
Seguimos con el Ciclo de la Cinemateca Personal de Guillermo Cabrera Infante y Miriam Gómez, esta vez con Week-End In Havana de Walter Lang, con Alice Faye, Carmen Miranda, John Payne y un fantástico César Romero, el nieto de José Martí, el hijo de María Mantilla. Esta era la sorpresa que les tenía preparada, la de César Romero, y los lugares maravillosos habaneros, verán una escena filmada desde una habitación del Hotel Inglaterra, y detrás se ve el Centro Asturiano, además se ve aquí uno de los lugares más conocidos en La Habana de esa época, y en el mundo: el Sloppy Joe’s.
Para mí, el alma de esta película es César Romero. Espero que la disfruten tanto como yo; disculpen la demora, pero he tenido problemas con los ataques cibernéticos al blog. Por supuesto, los que atacan se creen que pueden hacer lo que hacen en Cuba en cualquier parte del mundo, y sobre todo contra ciudadanos con nacionalidad europea, como yo, que tengo mis derechos, sólo hay que exigir que se respeten.
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Miriam Gómez sobre Week-End In Havana:
“No me gusta mucho musicalmente Week-End in Havana, me recuerda el espectáculo más tardío de Rodney en Tropicana “Me voy pal’ Brasil”, pero se puede ver La Habana a todo color, y a César Romero, hijo y nieto de cubanos, aunque como él dice en la película, nacido en New York.
César Romero, que en los años 60 se convirtió en una figura de Cult, haciendo de Joker en The Batman, en la televisión, fue la gran alegría de esa niña que José Martí adoraba, María Mantilla. César también la adoró; fue el mejor de los hijos, desde muy joven, cuando la familia se arruinó en el crash del 29, se hizo cargo de sus padres y sus hermanos, bailando profesionalmente.
Él nunca se casó, pero fue el compañero preferido de muchas estrellas que asistían con él a las grandes galas y fiestas, por lo bien educado y elegante que era. También era muy simpático y ameno, y un gran bailarín de salón; en todo esto se parecía mucho a José Martí, según todos los que tuvieron la suerte de conocerlo, y no ese sonso que nos han inventado los intelectuales locales, y del que se ha aprovechado todo delincuente político en Cuba.
Si no lo han leído, le recomiendo “El Martí que yo conocí” de Blanca Z. Baralt y también “La niña de New York” de José Miguel Oviedo. Cuando los lean, conocerán, querrán y admirarán más a Martí, como el ser humano maravilloso que fue.”
Miriam Gómez.
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Documentos relacionados:
Video de 1938 del Sloppy Joe’s.
All The Best In Cuba, guía turística de 1956, de Sydney Clark, donde se habla entre otras cosas del Sloppy Joe’s. Ya verán lo que era La Habana que nos confiscaron.
César Romero en Cuba, junto a Tyrone Power (1946):
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Películas anteriores del Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
http://zoevaldes.net/
A Lady Whithout Passport (1950) Joseph H. Lewis
A Lady Whithout Passport (1950) Joseph H. Lewis
Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff
Por Zoé Valdés
Esta semana les presento fragmentos de dos películas de la Cinemateca Personal de Miriam Gómez y Guillermo Cabrera Infante, dentro del Ciclo en Homenaje Especial al autor de La Habana para un Infante Difunto. Debo aclarar que estas películas forman parte de esa Cinemateca, recopilada durante años, cuyo tema toca de manera directa o indirecta a Cuba o a La Habana, pero que desde luego, estas no fueron las únicas películas que le interesaban a Guillermo Cabrera Infante y a Miriam Gómez. Muchos más títulos con historias y temas disímiles fueron y son de su interés, pero aquí no podremos ponerlas todas. El Ciclo, les recuerdo, durará hasta la primera semana de abril.
Hoy empezaré con A Lady Without Passport (1950) Joseph H. Lewis, colgaré solamente tres fragmentos, aparte del tráiler y de un breve diálogo entre los personajes, donde podrán ver la esplendorosa Habana de la época. Esa es La Habana que conoció Guillermo Cabrera Infante a su llegada definitiva a la ciudad que tanto amó y escribió. Se trata de un thriller magnífico con Hedy Lamarr haciendo de una judía escapada del campo de concentración de Bushenwald, refugiada temporalmente en La Habana, y que prepara su segunda fuga hacia Estados Unidos. La parte de la ciudad que se ve, en algunos momentos, es el barrio de los judíos en La Habana, llamado “de los polacos y de los húngaros”; yo nací y viví mi infancia en esa zona, y conozco palmo a palmo esos lugares. Vean el Café Gulf Stream. Es muy notable la actuación de John Hodiak como detective de inmigración. La Habana de esta película es la de La Habana para un Infante Difunto.
Tráiler de la película:
Fragmentos en los que aparece La Habana:
Continuaré con un fragmento de Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff. Como con la anterior, sólo tengo derecho a poner un pedazo puesto que la obra todavía está suscrita a los derechos de autor. Verán aquí al gran Fortunio Bonanova haciendo de Cristóbal Colón. Sobre Fortunio Bonanova escribió Guillermo Cabrera Infante en Cine o Sardina, lo siguiente:
“Fortunio Bonanova (es imposible que nadie se llame así y es que nació en la Bonanova en Mallorca y se consideraba el más afortunado de los mallorquines) este año 1993 cumple 100 años. Es una lástima que esté muerto porque con su corpulencia, su optimismo capaz de vencer todos los infortunios, con su enorme simpatía catalana, a Bonanova daba gusto verlo en el cine. Cantante de ópera (era un barítono natural), escritor, director teatral, a los 21 años dirigió y actuó en una versión de Don Juan en Madrid. Antes de cumplir 25 estaba en Broadway, actuando junto a la afamada Katharine Cornell y entró en Hollywood por la puerta más grande: debutó en el cine americano en El ciudadano Kane en el papel del maestro de ópera de la imposible soprano Susan Alexander, también conocida como la señora Kane. Son muchas las películas que agració con sólo una escena o dos. Una de ellas fue El beso mortal, en que era el melómano coleccionista, de discos raros de óperas raras, a quien el sadista Ralph Meeker le rompe uno a uno sus preciadas, inapreciables obras maestras del bel canto. Su otro momento brillante es en una parodia del Descubrimiento de América, con música de Kurt Weill en que es ¿qué otra cosa si no?, Cristóbal Colón dominando el motín a bordo con su canto a la reina Isabel para sobreponerse a la queja de la chusma amotinada: “Hace mucho, mucho que no pruebo minestrones/ Hace mucho, mucho más que no como macarrones”.
No puedo con mis pobres palabras hacerles ver (y oír) a ustedes el arte magnífico de Bonanova. Pero puedo citar ese momento en que Orson Welles, haciendo de Charles Foster Kane, convence y vence a Don Fortunio, maestro de ópera:
(Susan berrea, Matisti toca el piano. Kane se sienta cerca.)
MATISTI: ¡Imposible! ¡Imposible!
KANE: No es asunto suyo darle a Mrs. Kane su opinión sobre su talento. Sólo se supone que usted la entrene. Nada más.
MATISTI. Pero es imposible. Se reirá de mí todo el mundo de la ópera. Mr. Kane, ¿cómo podría persuadirle?
KANE: No podrá.
(Silencio. Matisti no responde).
KANE: Sabía que vería por mi punto de vista.”
Esta escena es maestra no sólo porque Welles actúa en ella, sino porque está en ella Buonanova: no había otro Matisti posible. Ojalá que pueda yo persuadirlos y vean mi punto de vista en la pantalla.
Una cosa más. El Cristóbal Colón de Fortunio Bonanova no descubre América -descubre a Cuba.”
Guillermo Cabrera Infante en Cine o Sardina. (Fragmento).
Antes de colgarle el fragmento del filme, les pongo otros fragmentos sobre el Sloppy Joe’s de la mejor Guía Turística que existió hasta el año 1956, All The Best in Cuba (de la que ha les comenté en el post pasado del mismo Ciclo) de Sydney Clark. Verán al final del video el por qué. Cliquear sobre las imágenes para ampliar:
Aprovecho además para narrarles mi experiencia personal del Sloppy Joe’s, a través de un cuento que hemos vivido varios de nosotros más o menos de la misma manera:
MAMÁ Y EL SLOPPY JOE’S.
Tendría yo unos cuatro o cinco años y entonces me dio por no querer separarme de mi madre. Por mucho que mi abuela insistiera en que me quedara con ella, yo armaba tremendas perretas, me enganchaba esmorecida de la falda azul noche con paradera de mi madre y me colgaba con las uñas de sus medias de nylon; muchas veces trató de huir de mí, pero yo no soltaba mi mano de niña crispada de su saya almidonada, y mamá iba taconeando apresurada y arrastrándome por todo el pasillo del solar, hasta que no le quedaba más remedio que detenerse, cargarme y llevarme con ella.
Una vez en el hombro de mi madre, mis jipíos desasosegados cesaban y culminaban en un cansancio que rendía por entero mis fuerzas, entonces me hacía más pesada, y como mamá no podía cargarme por más tiempo, se detenía en un teléfono público y llamaba a uno de sus tantos enamorados. El que siempre se aparecía era Yvo, con su maquinón de finales de los años cuarenta.
Bajábamos desde el Parque de los Mosquitos por todo el Malecón hasta Prado; el aire del mar me despertaba, tenía los ojos y la boca hinchados de tanto jeremiquiar.
Yvo parqueaba a un costado del Sloppy Joe’s, bajábamos del auto tomadas de la mano y mamá me recordaba que en ese lugar los niños no éramos admitidos y advertía que debía sentarme en el tubo de metal dorado colocado en la terminación del bar de madera fina, ubicado allí para que los bebedores posaran sus pies, de este modo yo quedaba escondida entre las faldas amplias de las mujeres y los pantalones con bajos de tergal o de dril cien de los hombres.
Mamá iba allí a enamorar con Yvo, bebían, yo me aburría al principio, pero luego empezó a divertirme el barullo de las conversaciones, y el hecho de poder distinguir sólo por los zapatos las voces de los asiduos. Jugaba a meterle los dedos en los huecos de las medias a las mujeres, a pellizcar tobillos, a halar sayuelas. De vez en cuando, mamá, disimuladamente, se agachaba y me alcanzaba un vaso con hielo frappé, y yo me ponía a chupar hielo hasta que se me amorataban los labios y no podía moverlos de tan congelados, y también hacía la maldad de colocar trocitos de hielo ensalivados dentro de los bajos de los pantalones de los caballeros.
En la misma época, otro niño visitaba el lugar, y a él también lo sentaban en el tubo dorado, pero sólo nos sonreíamos desde una cierta distancia, mientras él confeccionaba imaginarios edificios con cajitas de fósforos.
A mamá le encantaban los sándwiches de jamón y queso del Sloppy Joe’s, y siempre se las arreglaba para que nos comiéramos uno ella y otro yo, y también para llevarle un tercero a mi abuela. Y si no, había que irse al Deauville a comprar tres Medianoches, porque sólo regresando con algo de comer para la abuela podíamos salvarnos del rapapolvo que nos esperaba por habernos demorado.
El día en que cerraron el Sloppy Joe’s mamá se quedó sin enamorados, sin sándwiches, y yo sin mis extraños divertimentos. Además, ya yo había crecido y era más difícil esconderme sentada en el tubo de metal dorado, con el culo encajado entre la pulida madera del bar y el metal, y las piernas cruzadas en posición budista. Durante mucho tiempo mi universo había sido el de las paraderas, el de las faldas crujientes de tafetán al contacto con mis mejillas, y el de los amplios pantalones bataholas con filos bien planchados; hasta que aparecieron los tobillos enfundados en botas militares y los abombados dobladillos verdeolivos, y un extraño aroma neutro, como a fondo de caldero quemado mezclado con peste agria a cicote, opacó las exquisitas fragancias de moda. Yvo vendió su Studebaker del 47 y se largó para el Norte. Mamá dejó de salir súbitamente. Solitaria -abuela ya había muerto-, en el cuarto, mezclaba Valiums con ron.
Muchos años más tarde ambas tomábamos la ruta 22 a un costado del Sloppy Joe’s cerrado y en ruinas. La cola para tomar el ómnibus le daba la vuelta a la manzana, las fajazones para subir a la guagua eran más propias de una perrería que de un grupo humano. Una vez en el interior, cuando la guagua echaba a andar, y doblaba por Zulueta en dirección hacia Neptuno, observábamos alejarse el cartel descolorido del antiguo bar en la gruesa columna descascarada de la esquina.
Mamá me preguntaba, con un susurrado cansancio insoportable:
-¿Te acuerdas de cuando eras chiquita y yo te traía al Sloppy Joe’s…?
Yo no la dejaba terminar, y asentía mecánicamente:
-Sí, mami, claro.
Ella se bajaba primero del ómnibus, y entonces se perdía por Belascoaín en dirección hacia la cafetería donde era –ya no camarera del amor- sino dependienta del desamor.
Zoé Valdés.—
No se pierdan este trozo de la película, que es sumamente divertida, y con la que GCI se reía a carcajadas.
Películas anteriores de este Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
Week-End In Havana (1941) Walter Lang.
Para comprar A Lady Without Passport remasterizada.
El Ciclo está llegando a su fin, y quiero reiterar mi agradecimiento a mi querida Miriam Gómez.
ESTE POST QUEDARÁ ENCABEZANDO EL BLOG, DEBAJO CONTINUARÁ LA ACTUALIZACIÓN COMO CORRESPONDE.
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Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff
Por Zoé Valdés
Esta semana les presento fragmentos de dos películas de la Cinemateca Personal de Miriam Gómez y Guillermo Cabrera Infante, dentro del Ciclo en Homenaje Especial al autor de La Habana para un Infante Difunto. Debo aclarar que estas películas forman parte de esa Cinemateca, recopilada durante años, cuyo tema toca de manera directa o indirecta a Cuba o a La Habana, pero que desde luego, estas no fueron las únicas películas que le interesaban a Guillermo Cabrera Infante y a Miriam Gómez. Muchos más títulos con historias y temas disímiles fueron y son de su interés, pero aquí no podremos ponerlas todas. El Ciclo, les recuerdo, durará hasta la primera semana de abril.
Hoy empezaré con A Lady Without Passport (1950) Joseph H. Lewis, colgaré solamente tres fragmentos, aparte del tráiler y de un breve diálogo entre los personajes, donde podrán ver la esplendorosa Habana de la época. Esa es La Habana que conoció Guillermo Cabrera Infante a su llegada definitiva a la ciudad que tanto amó y escribió. Se trata de un thriller magnífico con Hedy Lamarr haciendo de una judía escapada del campo de concentración de Bushenwald, refugiada temporalmente en La Habana, y que prepara su segunda fuga hacia Estados Unidos. La parte de la ciudad que se ve, en algunos momentos, es el barrio de los judíos en La Habana, llamado “de los polacos y de los húngaros”; yo nací y viví mi infancia en esa zona, y conozco palmo a palmo esos lugares. Vean el Café Gulf Stream. Es muy notable la actuación de John Hodiak como detective de inmigración. La Habana de esta película es la de La Habana para un Infante Difunto.
Tráiler de la película:
Fragmentos en los que aparece La Habana:
Continuaré con un fragmento de Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff. Como con la anterior, sólo tengo derecho a poner un pedazo puesto que la obra todavía está suscrita a los derechos de autor. Verán aquí al gran Fortunio Bonanova haciendo de Cristóbal Colón. Sobre Fortunio Bonanova escribió Guillermo Cabrera Infante en Cine o Sardina, lo siguiente:
“Fortunio Bonanova (es imposible que nadie se llame así y es que nació en la Bonanova en Mallorca y se consideraba el más afortunado de los mallorquines) este año 1993 cumple 100 años. Es una lástima que esté muerto porque con su corpulencia, su optimismo capaz de vencer todos los infortunios, con su enorme simpatía catalana, a Bonanova daba gusto verlo en el cine. Cantante de ópera (era un barítono natural), escritor, director teatral, a los 21 años dirigió y actuó en una versión de Don Juan en Madrid. Antes de cumplir 25 estaba en Broadway, actuando junto a la afamada Katharine Cornell y entró en Hollywood por la puerta más grande: debutó en el cine americano en El ciudadano Kane en el papel del maestro de ópera de la imposible soprano Susan Alexander, también conocida como la señora Kane. Son muchas las películas que agració con sólo una escena o dos. Una de ellas fue El beso mortal, en que era el melómano coleccionista, de discos raros de óperas raras, a quien el sadista Ralph Meeker le rompe uno a uno sus preciadas, inapreciables obras maestras del bel canto. Su otro momento brillante es en una parodia del Descubrimiento de América, con música de Kurt Weill en que es ¿qué otra cosa si no?, Cristóbal Colón dominando el motín a bordo con su canto a la reina Isabel para sobreponerse a la queja de la chusma amotinada: “Hace mucho, mucho que no pruebo minestrones/ Hace mucho, mucho más que no como macarrones”.
No puedo con mis pobres palabras hacerles ver (y oír) a ustedes el arte magnífico de Bonanova. Pero puedo citar ese momento en que Orson Welles, haciendo de Charles Foster Kane, convence y vence a Don Fortunio, maestro de ópera:
(Susan berrea, Matisti toca el piano. Kane se sienta cerca.)
MATISTI: ¡Imposible! ¡Imposible!
KANE: No es asunto suyo darle a Mrs. Kane su opinión sobre su talento. Sólo se supone que usted la entrene. Nada más.
MATISTI. Pero es imposible. Se reirá de mí todo el mundo de la ópera. Mr. Kane, ¿cómo podría persuadirle?
KANE: No podrá.
(Silencio. Matisti no responde).
KANE: Sabía que vería por mi punto de vista.”
Esta escena es maestra no sólo porque Welles actúa en ella, sino porque está en ella Buonanova: no había otro Matisti posible. Ojalá que pueda yo persuadirlos y vean mi punto de vista en la pantalla.
Una cosa más. El Cristóbal Colón de Fortunio Bonanova no descubre América -descubre a Cuba.”
Guillermo Cabrera Infante en Cine o Sardina. (Fragmento).
Antes de colgarle el fragmento del filme, les pongo otros fragmentos sobre el Sloppy Joe’s de la mejor Guía Turística que existió hasta el año 1956, All The Best in Cuba (de la que ha les comenté en el post pasado del mismo Ciclo) de Sydney Clark. Verán al final del video el por qué. Cliquear sobre las imágenes para ampliar:
Aprovecho además para narrarles mi experiencia personal del Sloppy Joe’s, a través de un cuento que hemos vivido varios de nosotros más o menos de la misma manera:
MAMÁ Y EL SLOPPY JOE’S.
Tendría yo unos cuatro o cinco años y entonces me dio por no querer separarme de mi madre. Por mucho que mi abuela insistiera en que me quedara con ella, yo armaba tremendas perretas, me enganchaba esmorecida de la falda azul noche con paradera de mi madre y me colgaba con las uñas de sus medias de nylon; muchas veces trató de huir de mí, pero yo no soltaba mi mano de niña crispada de su saya almidonada, y mamá iba taconeando apresurada y arrastrándome por todo el pasillo del solar, hasta que no le quedaba más remedio que detenerse, cargarme y llevarme con ella.
Una vez en el hombro de mi madre, mis jipíos desasosegados cesaban y culminaban en un cansancio que rendía por entero mis fuerzas, entonces me hacía más pesada, y como mamá no podía cargarme por más tiempo, se detenía en un teléfono público y llamaba a uno de sus tantos enamorados. El que siempre se aparecía era Yvo, con su maquinón de finales de los años cuarenta.
Bajábamos desde el Parque de los Mosquitos por todo el Malecón hasta Prado; el aire del mar me despertaba, tenía los ojos y la boca hinchados de tanto jeremiquiar.
Yvo parqueaba a un costado del Sloppy Joe’s, bajábamos del auto tomadas de la mano y mamá me recordaba que en ese lugar los niños no éramos admitidos y advertía que debía sentarme en el tubo de metal dorado colocado en la terminación del bar de madera fina, ubicado allí para que los bebedores posaran sus pies, de este modo yo quedaba escondida entre las faldas amplias de las mujeres y los pantalones con bajos de tergal o de dril cien de los hombres.
Mamá iba allí a enamorar con Yvo, bebían, yo me aburría al principio, pero luego empezó a divertirme el barullo de las conversaciones, y el hecho de poder distinguir sólo por los zapatos las voces de los asiduos. Jugaba a meterle los dedos en los huecos de las medias a las mujeres, a pellizcar tobillos, a halar sayuelas. De vez en cuando, mamá, disimuladamente, se agachaba y me alcanzaba un vaso con hielo frappé, y yo me ponía a chupar hielo hasta que se me amorataban los labios y no podía moverlos de tan congelados, y también hacía la maldad de colocar trocitos de hielo ensalivados dentro de los bajos de los pantalones de los caballeros.
En la misma época, otro niño visitaba el lugar, y a él también lo sentaban en el tubo dorado, pero sólo nos sonreíamos desde una cierta distancia, mientras él confeccionaba imaginarios edificios con cajitas de fósforos.
A mamá le encantaban los sándwiches de jamón y queso del Sloppy Joe’s, y siempre se las arreglaba para que nos comiéramos uno ella y otro yo, y también para llevarle un tercero a mi abuela. Y si no, había que irse al Deauville a comprar tres Medianoches, porque sólo regresando con algo de comer para la abuela podíamos salvarnos del rapapolvo que nos esperaba por habernos demorado.
El día en que cerraron el Sloppy Joe’s mamá se quedó sin enamorados, sin sándwiches, y yo sin mis extraños divertimentos. Además, ya yo había crecido y era más difícil esconderme sentada en el tubo de metal dorado, con el culo encajado entre la pulida madera del bar y el metal, y las piernas cruzadas en posición budista. Durante mucho tiempo mi universo había sido el de las paraderas, el de las faldas crujientes de tafetán al contacto con mis mejillas, y el de los amplios pantalones bataholas con filos bien planchados; hasta que aparecieron los tobillos enfundados en botas militares y los abombados dobladillos verdeolivos, y un extraño aroma neutro, como a fondo de caldero quemado mezclado con peste agria a cicote, opacó las exquisitas fragancias de moda. Yvo vendió su Studebaker del 47 y se largó para el Norte. Mamá dejó de salir súbitamente. Solitaria -abuela ya había muerto-, en el cuarto, mezclaba Valiums con ron.
Muchos años más tarde ambas tomábamos la ruta 22 a un costado del Sloppy Joe’s cerrado y en ruinas. La cola para tomar el ómnibus le daba la vuelta a la manzana, las fajazones para subir a la guagua eran más propias de una perrería que de un grupo humano. Una vez en el interior, cuando la guagua echaba a andar, y doblaba por Zulueta en dirección hacia Neptuno, observábamos alejarse el cartel descolorido del antiguo bar en la gruesa columna descascarada de la esquina.
Mamá me preguntaba, con un susurrado cansancio insoportable:
-¿Te acuerdas de cuando eras chiquita y yo te traía al Sloppy Joe’s…?
Yo no la dejaba terminar, y asentía mecánicamente:
-Sí, mami, claro.
Ella se bajaba primero del ómnibus, y entonces se perdía por Belascoaín en dirección hacia la cafetería donde era –ya no camarera del amor- sino dependienta del desamor.
Zoé Valdés.—
No se pierdan este trozo de la película, que es sumamente divertida, y con la que GCI se reía a carcajadas.
Películas anteriores de este Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
Week-End In Havana (1941) Walter Lang.
Para comprar A Lady Without Passport remasterizada.
El Ciclo está llegando a su fin, y quiero reiterar mi agradecimiento a mi querida Miriam Gómez.
ESTE POST QUEDARÁ ENCABEZANDO EL BLOG, DEBAJO CONTINUARÁ LA ACTUALIZACIÓN COMO CORRESPONDE.
http://zoevaldes.net/
Re: *** Her Man *** Homenaje a Guillermo Cabrera Infante
Homenaje especial a Guillermo Cabrera Infante. De su Cinemateca Personal. The Mad Genious (1931) Michael Curtiz.
abril 4, 2011
The Mad Genious
por Zoé Valdés
Hemos llegado a la película, con la que cerraremos esta primera parte del Homenaje dedicado a Guillermo Cabrera Infante, de este Ciclo de la Cinemateca Personal de Miriam Gómez y de Guillermo Cabrera Infante, con The Mad Genious (1931) de Michael Curtiz, que cuenta con la brillante actuación de John Barrymore. Miriam Gómez ha escrito un texto hablándoles de la película, por lo que yo apenas diré que para los amantes del arte y del ballet, The Mad Genious resulta una película compleja, de ahí su inmortal grandeza. Es un filme buscado por todas partes, difícil de conseguir, y es la primera película que trató el tema de la danza de este modo tan directo. Como saben me gustó The Black Swan de Darren Aronofski, hace pocos días se produjo otro de esos acontecimientos que avalan todavía más la película. La bailarina que fue llamada para doblar a Natalie Portman, Sarah Lane, declaró que el noventa por ciento de lo que salía en la película lo había hecho ella y no la actriz. Claro, lo declaró después que Portman ganó el Oscar, habría que ver si hubiera hecho lo mismo en caso de lo contrario. Aquí se produjo el drama que cuenta la película, la del doble que, tal vez insegura de sí misma, necesita matar a la otra -en este caso metafóricamente, pero acabar en definitiva con su trabajo. Aronosfki enseguida aclaró que él había llamado a la actriz, a su actriz, la que él había escogido, en este caso Portman, para que hiciera el papel de Nina, que a la bailarina la contrató como doble, y que apenas hizo el cinco por ciento de lo que componía el rol protagónico de Portman. Verán que en The Mad Genious la manipulación horrenda forma parte del drama principal, y toma al ballet como centro de la tragedia.
A partir de la semana próxima el Ciclo quedará fijo a la derecha del blogroll para cuando quieran consultarlo y volver ver las películas. Agradezco nuevamente a Miriam Gómez por su generosidad, no solamente al brindarnos este tesoro, sino también al explicarnos y dedicar tiempo para grabar las películas y por ofrecernos su conocimiento acerca de ellas. Algunas de esas informaciones sólo las manejan los verdaderos especialistas del cine de la época, y ella puede considerarse una de ellas.
Mensaje de Miriam Gómez:
“Tengo muchas películas con más de 70 años libres de cualquier amarre, pero nuestro propósito al poner este ciclo es que ustedes vieran Cuba y principalmente La Habana como era, porque una imagen vale más que mil mentiras. No esperábamos tantos visitantes, ni estas cartas con tanto cariño y agradecimiento, pero la gran sorpresa ha sido la gran cantidad de visitantes extranjeros que no han entrado para ver La Habana , sino para ver los films con grandes estrellas de Hollywood y muy dificiles de conseguir.
Como este blog es una casa cubana, queremos Zoe, Ricardo y yo hacer lo que hacíamos los cubanos de antes, no esperar un regalo, sino dar un regalo a estos visitantes, y he elegido como un homenaje a Zoé, a la que le gustó tanto El Cisne Negro, para que la tenga en su blog, The Mad Genius, que es la madre de casi todas las peliculas sobre el ballet.
The Mad Genius (1931), la dirigió Michael Curtiz, que hizo bien todos los géneros: él es el director de Casablanca. Su protagonista es esa superestrella y gran actor desde el cine silente John Barrymore, que ese mismo año había cautivado al público en Svengali basada en la novela de George du Maurier,Trilby (1894). The Mad Genius es Svengali+Diaghilev-Trilby+un bailarin de ballet que recuerda mucho a Nijinsky.
Para seguir en el ballet, y John Barrymore, en Gran Hotel (1932) es el Barón Félix von Gagers, un ladrón que termina locamente enamorado de su víctima, una ballerina rusa desolada por haber perdido su país y aterrada por estar perdiendo su público. Esa ballerina la interpreta una Greta Garbo bellísima, que con su traje de ballet parece un cisne blanco agonizando.
Con The Mad Genius ustedes verán que, como pasa con la coreografia en el teatro, casi todo lo que se ha hecho desde entonces en el cine sobre ballet es la misma pelicula con diferente tutú.
Miriam Gómez.
PD: A aquellos que les interese ver Svengali, está en un paquete de 3 películas : The John Barrymore Collection, Elstree Hill Entertainment. Es lo que se puede llamar una caja literaria, contiene 2 películas silentes: The Belove Rogue (1927) sobre el poeta medieval francés François Villon, es bellísima y los llevara a su poesia. Dr Jekyll and Mr Hyde (1920) y la tercera Svengali, sonora. El paquete es muy económico.
Gran Hotel la pueden pedir también en Amazon, verán a un Barrymore muy elegante, seductor y con su magnifica voz, el galán perfecto que fue.
MG.”
Todas las películas de John Barrymore.
Filmes anteriores de este Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
Week-End In Havana (1941) Walter Lang.
A Lady Without Passport (1950) Joseph H. Lewis. Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff.
ESTE POST QUEDARÁ ENCABEZANDO EL BLOG DURANTE TODA LA SEMANA, LA ACTUALIZACIÓN CONTINUARÁ DEBAJO COMO ES HABITUAL. GRACIAS.
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abril 4, 2011
The Mad Genious
por Zoé Valdés
Hemos llegado a la película, con la que cerraremos esta primera parte del Homenaje dedicado a Guillermo Cabrera Infante, de este Ciclo de la Cinemateca Personal de Miriam Gómez y de Guillermo Cabrera Infante, con The Mad Genious (1931) de Michael Curtiz, que cuenta con la brillante actuación de John Barrymore. Miriam Gómez ha escrito un texto hablándoles de la película, por lo que yo apenas diré que para los amantes del arte y del ballet, The Mad Genious resulta una película compleja, de ahí su inmortal grandeza. Es un filme buscado por todas partes, difícil de conseguir, y es la primera película que trató el tema de la danza de este modo tan directo. Como saben me gustó The Black Swan de Darren Aronofski, hace pocos días se produjo otro de esos acontecimientos que avalan todavía más la película. La bailarina que fue llamada para doblar a Natalie Portman, Sarah Lane, declaró que el noventa por ciento de lo que salía en la película lo había hecho ella y no la actriz. Claro, lo declaró después que Portman ganó el Oscar, habría que ver si hubiera hecho lo mismo en caso de lo contrario. Aquí se produjo el drama que cuenta la película, la del doble que, tal vez insegura de sí misma, necesita matar a la otra -en este caso metafóricamente, pero acabar en definitiva con su trabajo. Aronosfki enseguida aclaró que él había llamado a la actriz, a su actriz, la que él había escogido, en este caso Portman, para que hiciera el papel de Nina, que a la bailarina la contrató como doble, y que apenas hizo el cinco por ciento de lo que componía el rol protagónico de Portman. Verán que en The Mad Genious la manipulación horrenda forma parte del drama principal, y toma al ballet como centro de la tragedia.
A partir de la semana próxima el Ciclo quedará fijo a la derecha del blogroll para cuando quieran consultarlo y volver ver las películas. Agradezco nuevamente a Miriam Gómez por su generosidad, no solamente al brindarnos este tesoro, sino también al explicarnos y dedicar tiempo para grabar las películas y por ofrecernos su conocimiento acerca de ellas. Algunas de esas informaciones sólo las manejan los verdaderos especialistas del cine de la época, y ella puede considerarse una de ellas.
Mensaje de Miriam Gómez:
“Tengo muchas películas con más de 70 años libres de cualquier amarre, pero nuestro propósito al poner este ciclo es que ustedes vieran Cuba y principalmente La Habana como era, porque una imagen vale más que mil mentiras. No esperábamos tantos visitantes, ni estas cartas con tanto cariño y agradecimiento, pero la gran sorpresa ha sido la gran cantidad de visitantes extranjeros que no han entrado para ver La Habana , sino para ver los films con grandes estrellas de Hollywood y muy dificiles de conseguir.
Como este blog es una casa cubana, queremos Zoe, Ricardo y yo hacer lo que hacíamos los cubanos de antes, no esperar un regalo, sino dar un regalo a estos visitantes, y he elegido como un homenaje a Zoé, a la que le gustó tanto El Cisne Negro, para que la tenga en su blog, The Mad Genius, que es la madre de casi todas las peliculas sobre el ballet.
The Mad Genius (1931), la dirigió Michael Curtiz, que hizo bien todos los géneros: él es el director de Casablanca. Su protagonista es esa superestrella y gran actor desde el cine silente John Barrymore, que ese mismo año había cautivado al público en Svengali basada en la novela de George du Maurier,Trilby (1894). The Mad Genius es Svengali+Diaghilev-Trilby+un bailarin de ballet que recuerda mucho a Nijinsky.
Para seguir en el ballet, y John Barrymore, en Gran Hotel (1932) es el Barón Félix von Gagers, un ladrón que termina locamente enamorado de su víctima, una ballerina rusa desolada por haber perdido su país y aterrada por estar perdiendo su público. Esa ballerina la interpreta una Greta Garbo bellísima, que con su traje de ballet parece un cisne blanco agonizando.
Con The Mad Genius ustedes verán que, como pasa con la coreografia en el teatro, casi todo lo que se ha hecho desde entonces en el cine sobre ballet es la misma pelicula con diferente tutú.
Miriam Gómez.
PD: A aquellos que les interese ver Svengali, está en un paquete de 3 películas : The John Barrymore Collection, Elstree Hill Entertainment. Es lo que se puede llamar una caja literaria, contiene 2 películas silentes: The Belove Rogue (1927) sobre el poeta medieval francés François Villon, es bellísima y los llevara a su poesia. Dr Jekyll and Mr Hyde (1920) y la tercera Svengali, sonora. El paquete es muy económico.
Gran Hotel la pueden pedir también en Amazon, verán a un Barrymore muy elegante, seductor y con su magnifica voz, el galán perfecto que fue.
MG.”
Todas las películas de John Barrymore.
Filmes anteriores de este Ciclo:
Her Man (1929) Tay Garnett.
Forbidden (1932) Frank Capra.
A Message to García (1936) George Marshall.
Yellow Jack (1938) George B. Setiz.
Wife Versus Secretary (1936) Clarence Brown.
The Ghost Breakers (1940) George Marshall.
Week-End In Havana (1941) Walter Lang.
A Lady Without Passport (1950) Joseph H. Lewis. Where Do We Go From Here? (1945) Gregory Ratoff.
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