EL MIERDERO Y BOFE FAURE CHOMÓN

Por Esteban Fernández.


Al conmemorarse este 13 de Marzo otro aniversario del Ataque al Palacio Presidencial es justo dedicarle unas lineas al más grande hijo de perra que dio el Directorio Revolucionario.


Existe UN SOLO CASO en el proceso cubano de un tipo al cual el dictador no lo puede ver ni en pintura pero no puede salir de él, y se llamaba Faure Choumont. Y digo “se llamaba” porque hasta el apellido se cambió para congraciarse con la tiranía y desde hace mucho rato es CHOMÓN.




Al más humilde milicianito de Melena del Sur Fidel Y Raúl lo respetan más que a Faure, pero él se hace el chivo loco al respecto. Es la única persona a la cual Fidel Castro ha enviado a postas, cargos, y embajadas en el exterior CON EL DELIBERADO PROPÓSITO de que se quede exiliado por allá, pero Faure siempre vuelve como una golondrina tullida.


Faure le cae TAN O MÁS MAL a la tropa castrista como a nosotros sus enemigos. Al principio (1959) dio un patinazo y se quedó demasiado tiempo en él Palacio Presidencial junto a Rolando Cubelas y la gente del Directorio, y Fidel contento pensó que iba a salir pronto de él. El Directorio tenía todo el derecho a quedarse allí pero Faure se rajó como una caña brava.


Hasta ese instante el D.R.E. tenía más moral combativa que el M.26.7. Pero cuando Castro les preguntó: “Armas ¿para qué?” Faure inmediatamente asumió una postura indecorosa ante Castro. Es decir, se puso en cuatro patas en el suelo.


El tirano, desde luego, aceptó con desgano la sumisión de Faure esperanzado en que no se podía mantener indefinidamente en esa incomoda posición. Pero desde ese mismo momento Castro ha estado desesperado por salir de él, tanto es así que si Faure quisiera irse en una balsa Castro le regalaba un barco, si quisiera abandonar la Isla en un avioncito entonces le daba una MIG. Fidel le regalaría un millón de pesos con tal de que deserte y poder despedirlo con una banda de música.


Jamás ha tenido allí un verdadero puesto de mando, pero a Faure no le interesa eso. Se conforma con poderse poner su uniforme verde olivo, tener una estrellita en el hombro y que la gente crea que él es “alguien” allí.


Más fácil usted se reúne con el presidente Obama, desayuna con él y le da un abrazo a Michelle, que Faure empatarse con Castro. Y juéguese todo al canelo a que Mr.Obama va a ser más afable, más accesible y cordial con usted que lo que Fidel es con Faure.


Es más, el limpiabotas de Raúl Castro es cien veces más importante en Cuba que lo que es Faure Chomón. Y voy aún más lejos, a un preso político acusado de terrorismo Fidel lo fusila pero siente más respeto por él que por Chomón.


Para Fidel Castro el Comandante Chomón es como una especie de enfermedad venérea que él no ha encontrado en 52 años una penicilina para curársela. Es como una ladilla para la cual no ha encontrado un buen repelente.


Si Faure Chomón pidiera asilo en cualquier país la tiranía decretaba ese día FIESTA NACIONAL. Es que el Código Penal castrista no dice que se debe fusilar a un tipo por pesado y arrastrado, sino Fidel le hubiera dado guiso hace rato.


Además, a mí me parece que el Diablo se niega rotundamente a recibirlo aduciendo y discutiendo con Castro: “Oye lo que te voy a decir, yo a ti te he permitido muchísimas cosas, pero al bofe ese no me lo mandes para acá, si tú QUE ERES PEOR QUE YO no has logrado quitártelo de encima

¿Cómo voy a poder yo?”.


Castro ha sido implacable eliminando a cualquiera, pero el problema es que ni siendo implacable con Faure ha podido salir de él.


Hasta sí lo nombra bailarina del Tropicana estoy seguro que Faure se pone un bikini y baila una rumba. La relación de Castro y Faure es como sí una hiena tuviera una serpiente enamorada de ella, y POR MUCHO QUE LA HIENA DESPRECIE A LA SERPIENTE esta sigue arrastrándose a su alrededor.



Desde luego, no es bobo, porque Faure es uno de los 113 multimillonarios castristas, con enormes propiedades en Chile.

Esteban Fernández.