SER JUDIO EN CUBA

Posted September 4th, 2011 by Reinaldo Escobar




Mi hija Yadira Escobar con su recién comprada Torah




En 1959 comenzó una revolución que cambio por completo la interpretación de los derechos civiles en Cuba. El nuevo Estado cubano apostó por el ateísmo del mundo comunista, y todas la religiones en Cuba sufrieron mas o menos la descalificación y el desprecio por parte de los arrogantes nuevos valores. En las escuelas públicas desde la más tierna edad se inculcaba a los niños una concepción atea del mundo. Los judíos como comunidad se enfrentaron a un gran reto, al de sobrevivir en un país que cada vez más demostraba ser agresivamente ateo, pero también enemigo del Estado judío (Israel).



Con la gran emigración de la clase media cubana hacia los Estados Unidos desde principio, numerosas familias, casi siempre Asquenazis (conocidos en Cuba como polacos) se marcharon, y el resto se tuvo que adaptar a una revolución que no permitía al estado cubano tener relaciones diplomáticas con Israel, al cual veían a menudo como "la entidad sionista amiga del imperialismo norteamericano". Mas tarde llegarían los grupos de estudiantes de países musulmanes en grandes cantidades para beneficiarse de becas y privilegios regalados a todos los enemigos de "aquel estado judío". Las caricaturas antisemitas y antisraelies comenzaron a aparecer en la prensa cubana junto a la propaganda antiamericana. Aún así el gobierno cubano mantuvo abiertas las sinagogas, las carnicerías kosher (carnes ritualmente aptas para hebreos) y los cementerios judíos.



Por su parte en Miami asquenazis y sefarditas cubanos organizaron sus comunidades y se adaptaron al nuevo país, pero siempre conservando una identidad muy cubana, y formando parte de la comunidad cubana exiliada que espera un retorno a Cuba.



Una extrema derecha muy pequeña, pero muy militante trató de culpar a los judíos cubanos por el comunismo de Fidel Castro, y no faltaron las teorías conspirativas que decían que el PCC era una creación hebrea en la Habana en los años 30 y que el mismísimo Fidel castro era judío, pero esto nunca ganó espacios en el corazón de los cubanos exiliados.



El judío norteamericano Alan Gross fue hallado culpable de actos hostiles contra el estado cubano y sentenciado a 15 años de prisión. El trabajaba para una empresa que recibía fondos del USAID. Este señor que nunca ha tenido que ver con la ideología de derechas apeló a los tribunales cubanos y estos revisaron su caso, y el día en que ratificaron su sentencia la televisión cubana transmitió por dos canales simultáneamente un largo documental a favor de Hamas y Hezbollah donde aparecían imágenes gráficas de daños realizados por el ejercito israelí en territorios musulmanes.



Ser judío en Cuba es todo un reto porque el judío es percibido como persona religiosa, pero al mismo tiempo como miembro de una nación con la cual no se tienen relaciones diplomáticas.