SI DESTRUYES LA FAMILIA, SE DERRUMBA LA NACION
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SI DESTRUYES LA FAMILIA, SE DERRUMBA LA NACION
Posted January 6th, 2010 by Reinaldo Escobar
Estudiantes caminando en medio de los campos donde laboran, a muchísimos kilómetros de sus hogares.
Pocos pueblos han experimentado tanta represión y por tanto tiempo, como el pueblo cubano.
Cuando Platón imaginaba una república socialista, donde no existían parejas unidas por amor, ni hijos criados en familia, se comportaba como el típico hombre rico (era un aristócrata) que se aburre y comienza a planear utopías que le desgracien las vidas a los demás. La utopía social siempre aboga por Estados fuertes y entrometidos que financien al totalitarismo y a la burocracia que lo acompaña, esa utopía es un pretexto romántico que siempre anuncia lo que no promete, porque su verdadero propósito es colectivizar para esclavizar y nivelar a todos en una gran masa dependiente y empobrecida que no tenga voluntad propia.
En la Cuba socialista, con la excusa de crear un hombre nuevo, se movilizo a la generación mas joven y se le asignaron deberes alejados de sus padres y bajo la tutela del Estado para hacer de ellos esclavos perfectos.
Las escuelas en el campo, verdaderos lugares malditos, donde se destruia la personalidad bajo enormes presiones psicológicas, era el lugar donde el adolescente aprendía todo lo que no se debe aprender fuera del hogar, del barrio, y de los amigos de la infancia. Allí los profesores acosaban sexualmente a muchachitas recién llegadas a la pubertad (menores de edad) , allí se trabajaba media jornada para ganarse el derecho a otra media jornada de estudios doctrinales, allí comenzaban a andar sus primeros pasos los delincuentes futuros, robando a sus compañeros y maltratando a los mas débiles, allí en albergues colectivos se aprendían los contravalores que necesitaba el régimen inculcar en las nuevas generaciones para prevenir la disidencia política. Desmoralizando a la juventud pensaban evitar su rebelión, y concediéndole libertades sexuales pensaban entretenerlos para que no reclamaran las libertades políticas.
Como sistema que corrompe para gobernar, la dirigencia política nunca se ocupo de que los estudiantes becados tuvieran acceso a una auténtica educación, abundaban los materiales de estudio relacionados con la Unión Soviética, y con la cultura eslava, y escaseaban los que tenían que ver con Cuba y los cubanos, no se enseñaba nada de moral cívica y se ignoraban los temas asociados a los derechos humanos y a la sociedad civil. Esa fue la estrategia que con toda intención esclavista usaron las élites que tiranizar a nuestro pueblo, al establecer esos centros "educativos" en el medio de zonas rurales a muchísimos kilómetros de sus familias, a las cuales solo visitaban dos veces al mes.
La comida en esos campos de concentración estudiantil era tan pésima y escasa que muchos internos mostraban serios casos de desnutrición. El arroz con nidos de gusanos y los frijoles con gorgojos eran la dieta inmunda que había que comerse con repugnancia para no morir de hambre, supuestamente venia en tan mal estado porque era lo desechado por las reservas militares "para tiempos de guerra" , pero en realidad era parte de la agenda degradante para quitarle al cubano su idiosincrasia natural y su orgullo nacional desde edades muy tempranas.
Ahora que el Estado totalitario abandona el proyecto, porque ya ni siquiera tiene el arroz con gusanos, pudiéramos esperar que esas juventudes que sufrieron el experimento y ahora en su adultez aspiran a una vida mejor se sumen al esfuerzo nacionalista por recuperar la nación maltratada.
¡Sumate al nacionalismo!
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Estudiantes caminando en medio de los campos donde laboran, a muchísimos kilómetros de sus hogares.
Pocos pueblos han experimentado tanta represión y por tanto tiempo, como el pueblo cubano.
Cuando Platón imaginaba una república socialista, donde no existían parejas unidas por amor, ni hijos criados en familia, se comportaba como el típico hombre rico (era un aristócrata) que se aburre y comienza a planear utopías que le desgracien las vidas a los demás. La utopía social siempre aboga por Estados fuertes y entrometidos que financien al totalitarismo y a la burocracia que lo acompaña, esa utopía es un pretexto romántico que siempre anuncia lo que no promete, porque su verdadero propósito es colectivizar para esclavizar y nivelar a todos en una gran masa dependiente y empobrecida que no tenga voluntad propia.
En la Cuba socialista, con la excusa de crear un hombre nuevo, se movilizo a la generación mas joven y se le asignaron deberes alejados de sus padres y bajo la tutela del Estado para hacer de ellos esclavos perfectos.
Las escuelas en el campo, verdaderos lugares malditos, donde se destruia la personalidad bajo enormes presiones psicológicas, era el lugar donde el adolescente aprendía todo lo que no se debe aprender fuera del hogar, del barrio, y de los amigos de la infancia. Allí los profesores acosaban sexualmente a muchachitas recién llegadas a la pubertad (menores de edad) , allí se trabajaba media jornada para ganarse el derecho a otra media jornada de estudios doctrinales, allí comenzaban a andar sus primeros pasos los delincuentes futuros, robando a sus compañeros y maltratando a los mas débiles, allí en albergues colectivos se aprendían los contravalores que necesitaba el régimen inculcar en las nuevas generaciones para prevenir la disidencia política. Desmoralizando a la juventud pensaban evitar su rebelión, y concediéndole libertades sexuales pensaban entretenerlos para que no reclamaran las libertades políticas.
Como sistema que corrompe para gobernar, la dirigencia política nunca se ocupo de que los estudiantes becados tuvieran acceso a una auténtica educación, abundaban los materiales de estudio relacionados con la Unión Soviética, y con la cultura eslava, y escaseaban los que tenían que ver con Cuba y los cubanos, no se enseñaba nada de moral cívica y se ignoraban los temas asociados a los derechos humanos y a la sociedad civil. Esa fue la estrategia que con toda intención esclavista usaron las élites que tiranizar a nuestro pueblo, al establecer esos centros "educativos" en el medio de zonas rurales a muchísimos kilómetros de sus familias, a las cuales solo visitaban dos veces al mes.
La comida en esos campos de concentración estudiantil era tan pésima y escasa que muchos internos mostraban serios casos de desnutrición. El arroz con nidos de gusanos y los frijoles con gorgojos eran la dieta inmunda que había que comerse con repugnancia para no morir de hambre, supuestamente venia en tan mal estado porque era lo desechado por las reservas militares "para tiempos de guerra" , pero en realidad era parte de la agenda degradante para quitarle al cubano su idiosincrasia natural y su orgullo nacional desde edades muy tempranas.
Ahora que el Estado totalitario abandona el proyecto, porque ya ni siquiera tiene el arroz con gusanos, pudiéramos esperar que esas juventudes que sufrieron el experimento y ahora en su adultez aspiran a una vida mejor se sumen al esfuerzo nacionalista por recuperar la nación maltratada.
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