LA VEJEZ EN CUBA

Posted January 10th, 2010 by Reinaldo Escobar



Cuba esta envejeciendo. Durante años la política de Estado fue disminuir la tasa de natalidad, al mismo tiempo que no se construyeron las viviendas necesarias a la familia cubana, lo cual en un país donde es ilegal la compra-venta de casas es suficiente para desestimular la formación de nuevas familias.

El deterioro del sistema de salud publica, el hambre, la inseguridad en las calles, y las jubilaciones casi simbólicas, que en la vida real no alcanzan ni para alimentarse correctamente una semana, han adelantado la muerte a muchísimos ancianos, aparte de amargarles la vida a los que sobreviven en la pesadilla en que se ha convertido ser viejo en Cuba.

El sistema socialista, que siempre termina agotando toda la capacidad productiva de las naciones que lo padecen, acumulaba al mismo tiempo enormes deudas con la banca capitalista extranjera, cuando esa deuda crece hasta llegar a los limites calculados como negociables, entonces esos mismos intereses económicos que prácticamente financian a esos totalitarismos, cambian de estrategia y comienzan a considerar como ventajoso, todo cambio socio-político que eleve la producción de riquezas y que permitan el pago de la deuda externa, y es precisamente llegado ese momento, cuando sin dispararse un tiro, comienza a desmoronarse la sociedad colectivista y comienza a introducirse un capitalismo salvaje, que desampara a los mas vulnerables (niños, ancianos, enfermos, etc).

La sociedad cubana se enfrenta ahora , a la gran probabilidad de que el gobierno, presionado por aquellos intereses financieros internacionales, se adentre en reformas que eliminen los subsidios, servicios sociales y gratuidades, y desampare al pueblo que empobreció. Los ancianos que entregaron su vida laboral a un Estado que ahora les devuelve pensiones de miseria, no solo se sienten que han sido estafados, sino que están siendo condenados a ver a sus nietos crecer en un país sin esperanzas.

El viejo contrato social basado en la perdida de libertades, a cambio de prestaciones sociales, fue impuesto en los años del terror. Los pelotones de fusilamiento y las largas condenas carcelarias atemorizaban a una población que aceptaba todas las políticas del gobierno por miedo al sufrimiento. Las instituciones del régimen emboscaron a cada cubano y le impidieron desarrollarse como individuo productivo. La libreta de abastecimiento puso cadenas invisibles en cada cuello cubano, y la apatía y el fatalismo anidaron en el corazón de la nación cautiva, mientras la deuda externa crecía sin parar, ahora el régimen se dispone a romper su propio contrato social y quiere que los cubanos acepten un capitalismo sin democracia, donde los dueños de las empresas nunca viven en el barrio, donde el partido único impone sus caprichos ideológicos y donde el extranjero es lobo del hombre.

¡Sumate al nacionalismo!




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