RECONCILIACION O INMOVILISMO

Publicado June 16th, 2010 por Reinaldo Escobar


Discusión pública en los días de la Perestroika (plaza Pushkin,Moscú-1986)

Los cubanos no tenemos mucho tiempo para el cambio. Los inmovilistas de ambas orillas siguen gritando sus verdades, mientras el reloj marca sin piedad los tiempos finales de una era, y también de una nación.

La fatalidad es muchas veces una percepción subjetiva, no todo está perdido en Cuba, pero debemos actuar pronto, y será esto una batalla de principios morales, que de ninguna manera ganaremos con fuerza, sino con astucia y ética. Los imbéciles que todavía hablan de una lucha armada contra el régimen cubano se olvidan de la vigilancia permanente que el F.B.I mantiene sobre el exilio. Los Estados Unidos no van a armar otra bahía de cochinos, y además no habrían soldados, el exilio tradicional ha envejecido y nadie cree que esa juventud que llega a Miami buscando las marcas y brillos de la "sociedad de consumo" este dispuesta a tomar las armas para luchar por una libertad que no comprenden, es triste para algunos reconocer el poder del tiempo para cambiar actitudes, pero debemos contar con los hechos objetivos para construir nuestros sueños, que sin lugar a dudas son posibles, pero tomando otros caminos. La reconciliación nacional no solo es el único camino, sino el más provechoso para los que aspiramos a un modelo republicano y nacional que saque rápido a Cuba de la miseria general en que se encuentra.

No es burlandonos de las miserias en Cuba, alegrandonos de las desgracias del pueblo de la isla, o dejando que fantasías llenas de odio estorben al tranquilo análisis, como resolveremos esto entre cubanos, sino preparándonos para una etapa de transición donde los radicales estorban, y los "guapos" distraen el trabajo de los que saben que ni la extrema derecha o izquierda son útiles a las sociedades en transición. Todos queremos una Cuba mejor, pero no todos empujamos en la misma dirección, de manera que para unir esfuerzos debemos olvidar nuestras diferencias y rencores, porque el tiempo se acaba, y los extraños acechan en la oscuridad alegrandose de nuestras contradicciones. Un ejercito de ocupación en Cuba (única alternativa de fuerza frente a las F.A.R) se quedaría para siempre, y solo los fracasados confían a otros sus deberes. Si no tenemos fuerza para imponer nuestra voluntad política, debemos dialogar, es verdad que contamos con fuerzas menores como la presión de la disidencia pacífica dentro de Cuba, pero si por alguna razón esa disidencia se sienta a negociar con el gobierno cubano, es muy poco probable que el exilio obtenga beneficios de ese dialogo, que conducirá a Cuba hacia una socialdemocracia mas socialista que demócrata y más despótica que republicana. El exilio debe moverse en la dirección del dialogo, y si el gobierno cubano no entiende, pues será sepultado por la historia, pero el exilio, que no cuenta con la fuerza de las armas, al menos debe sobrevivir moralmente a esta etapa histórica no permitiéndose el lujo de ser intransigente cuando el momento es de cambios. Ambos inmovilismos están a prueba (Miami-Habana), y el que no se adapte a la siempre cambiante realidad, con seguridad va a perecer, pues once millones de cubanos están cansados de los mismo y ya se dirigen hacia la reconciliación.