LA TEORIA CONSPIRATIVA Y EL SENTIDO COMUN

Posted July 23rd, 2010 by Reinaldo Escobar



El nacionalismo antimonarquico se mudó a las Américas, y se hizo realidad en aquellas repúblicas que no buscaban otra cosa que el gobierno del pueblo y para el pueblo.

Desde Bolívar hasta Marti, y pasando por los honorables fundadores de los Estados Unidos de América, era pensamiento básico la separación de la Iglesia del Estado, la igualdad, la libertad, y la fraternidad de un republicanismo que desconfiaba de los grandes poderes de la vieja Europa. Entre esos poderes ocupaban un lugar especial los bancos. Banqueros internacionales, amantes de los monopolios, de los conflictos artificiales y del liberalismo moral, llegaron hasta nuestras costas para llenarlo todo con ese culto al dinero y ese desprecio por la dignidad plena del hombre. Fueron ellos quienes aconsejaron al gobierno federal estadounidense el comprar enormes extensiones de tierra, para que escaseara el territorio y el precio de la tierra subiera artificialmente (lo cual provocó que muchos hombres libres en vez de granjeros fuesen miserables obreros en las nuevas industrias de la zona norte de los Estados Unidos). Esos mismos principios de la banca mundial sabotearon el industrialismo en la américa hispana, para introducir las mercancías británicas (lo cual impidió el surgimiento de una vigorosa clase media en aquellas repúblicas, principio de la miseria que tan bien aprovechó el comunismo internacional). Los bancos son instituciones útiles para financiar el desarrollo, pero una cosa es la banca nacional, y otra muy distinta es la internacional, y es que desde que la élite financiera internacional nos empuja hacia modelos globales diseñados a espaldas de todos los parlamentos, la cuestión de la soberanía es asunto de primera importancia.

La geopolítica de los banqueros internacionales está estrechamente aliada a las multi nacionales que prestan servicios a los Estados, sobre todo en la línea de la salud publica, ellos, que de manera brillante han favorecido el aplastante dominio de los monopolios sobre los servicios sociales en todas partes, son siempre favorables a los Estados grandes y centralizados que usan el dinero publico y la deuda externa para financiar las prestaciones sociales. La industria médica que en las democracias opulentas saquea los fondos públicos, destinados a la salud, necesita formaciones sociales de tipo comunista en los países pobres, a través de las cuales extraer las pocas gotas del presupuesto nacional, además de endeudar a esos países de forma espectacular con sus aliados de la banca internacional. Los llamados créditos para el desarrollo que siempre terminan en cuentas privadas, endeudan para siempre a los países pobres, pero también son la materia prima para el descontento y la rebelión que abre paso al comunismo radical, y es precisamente cuando toman el poder los totalitarios cuando estos banqueros y multi nacionales se sienten más cómodos para organizar su usura y explotación.

La imagen repetitiva de que el comunismo es enemigo del capitalismo no solo es simplista, sino totalmente errónea. El comunismo es enemigo de la industria nacional, pero jamás toca a los capitales acumulados, ni a la banca mundial, porque de ellos recibe el financiamiento, y aunque el comunismo totalitario a dado paso a formas más disimuladas de social democracia, la estructura política es similar, y en cierta forma más sofisticada y difícil de denunciar.

En Cuba, donde la banca internacional ha aplicado su más devastadora forma de sometimiento, es casi imposible vivir, pues no solo han sido minadas las bases de la autonomía económica, sino que es imposible vivir de forma digna delante de un Estado que no respeta los derechos civiles más elementales. Es verdad que la forma más anunciada del maltrato en Cuba es la dictadura, y sus personajes de carne y hueso, pero más allá de ese gobierno visible, están los vínculos financieros y políticos con aquella vieja elite que maltrató a todos los pueblos de Europa durante tantos siglos, de hecho la dictadura que padecemos nos empuja continuamente a los vínculos con esa vieja Europa, al mismo tiempo que nos enfrenta con los Estados Unidos, que es nuestro vecino más cercano y mas republicano.

Los cubanos que hemos visto como se llenan de marabú nuestros campos sin que se realice una reforma agraria genuina, que sufrimos los ataques a nuestra identidad cultural y a nuestra memoria histórica, sabemos que una fuerza enorme se usa para destruirnos en todos los niveles, y no creemos que es solo la ineficiencia, sino que una especie de complot cientificamente montado para cortar las bases del orgullo nacional.

Desde hace unos años nuestros ríos, lagunas y campos también, conocen de la invasión de un "pez" (claria) que no solo es una bomba ecológica, sino un transmisor de enfermedades mortales para nuestra población, y que fue introducido en Cuba por el gobierno, aconsejado por personas de mala voluntad. La destrucción nacional puede ser evitada por quienes tienen el poder, pero al parecer son ellos mismos quienes la propician.

La fruta madura es cualquier nación de que rodillas mendiga un pedazo de pan o un crédito externo, y contra ese concepto y contra todos los que la codicien estaremos siempre los nacionalistas sin ningún otro discurso que el amor a lo nuestro y el orgullo de lo que somos.

¡SUMATE A UNA CUBA NACIONALISTA Y MARTIANA!