VENEZUELA, DEL LOBO UN PELO.

VENEZUELA, DEL LOBO UN PELO.



Somos los cubanos los menos indicados para dar muestras de valor, todo lo contrario, muchas clases y ejemplos nos han dado nuestros vecinos. Nunca acabamos de comprender esas lecciones y pocas esperanzas tenemos para graduarnos como pueblo que asume con dignidad la responsabilidad de estas generaciones ante el futuro de su tierra. Un reducidísimo grupo de hombres y mujeres de nuestra isla, ha sabido asumir ese papel de aquellos aguerridos mambises, casi todos han purgado largas penas en los campos de concentraciones castristas. Sin embargo, sí podemos exportar nuestra imagen para que sirva de ejemplo a otros pueblos y se miren en nuestro espejo. Luego, cuando comprendan de una vez todas nuestras miserias, solo nos queda preguntarles, ¿desean seguir nuestros pasos?, ¿quieren vivir avergonzados como nosotros? Porque el que me hable a mí de orgullo a estas alturas y no calce en su cuerpo y mente las huellas de aquel régimen, yo personalmente lo mando al carajo.
Aunque la oposición venezolana logro quebrar la hegemonía mantenida durante todos estos años por todos los testaferros de Chávez, los resultados obtenidos en estas elecciones resultan insuficientes para darle una contundente lección a ese pichón de tirano, pero como decimos en Cuba, del lobo un pelo. No ha sido la primera oportunidad perdida por el pueblo de Venezuela para despojarse de la mona que los gobierna, son reincidentes. En este caso, sí existe una gran diferencia cuando se compara con el caso cubano. Nosotros no tuvimos esa oportunidad de sacudirnos a nuestro monstruo y toda su fauna por medio de las urnas. Están perdiendo un tiempo maravilloso y en la medida que se deshoje el almanaque, métodos refinados de represión se irán aplicando, mientras el miedo entre su población aumenta, eso está demostrado.
De acuerdo a las entrevistas pre-elecciones que nos llegaron por diferentes medios de prensa escrita y televisiva, una parte de esa población comienza a asumir los mismos papeles protagónicos que llevaron a la isla de Cuba a su auto destrucción. Indiferencia ante un arma puesta en sus manos, miedo, desencanto, negación a participar en el juego de la política (según la opinión de algunos), apatía por todo lo que tenga una connotación política, etc. Cada uno de los argumentos expuestos ante cámaras, ha sido una copia fiel del comportamiento cubano, pero como ya les manifesté, el juego ha sido muy diferente. Nosotros teníamos sobradas razones para ausentarnos de las urnas y no lo hicimos por cobardía, me incluyo yo que no iba a votar. ¿Por qué debía hacerlo cuando solamente existía un partido político al que detestaba? Una ausencia general ante esa farsa de elecciones, hubiera reflejado de una vez por todas nuestros desacuerdos con el régimen castrista. ¡Pero, no! Fuimos vencidos por nuestros miedos y asistíamos temerosos imaginando que en cada cubículo existía una cámara que nos estaba filmando. No solo eso, temblamos cuando un pionerito nos tocaba a la puerta para recordarnos que debíamos ir a votar. Votábamos para que el CDR no informara al sindicato o al partido de nuestra ausencia, lo hicimos para no perder el derecho a optar por un televisor, un refrigerador o un ventilador, tal vez por menos. Fuimos.
Si los venezolanos me pidieran un consejo, envenenado como estoy al ver destruida mi tierra y los valores de su gente, les diría: ¡Háganle a Chávez lo mismo que le hicieron a Ceausescu! ¡Sáquenlo del poder como hicieron en Yugoslavia con Milosevic! ¿Y éste quién es? Preguntarán bajo protesta una enorme parte de ese pueblo y tienen razón, yo soy un “ninguno”, un don nadie. ¡Eso, sí! Vivo muy orgulloso de pagar bien caro mi destierro por el atrevimiento de escribir estas cosas con mi nombre y apellidos. ¿Desean ustedes pertenecer al inmenso ejército de nicks, pseudónimos y nombretes que utilizan miles de cubanos para esconderse? ¿Quieren pagar visas para entrar su país? ¿Quieren verse reflejados en nuestro espejo? Entonces no vayan a votar y dejen abandonada a esa valiente oposición que se enfrenta a la mona que tienen como presidente. En fin, cada pueblo tiene el gobernante que se merece y ustedes no son la excepción a esa regla. A nosotros nos olvidaron durante décadas y hoy tristemente nadie nos respeta como pueblo. Traten de evitar que esto les suceda.
Solo me queda felicitar de corazón a esos corajudos opositores que le han arrebatado algo de las manos a esos “comunistas de mierda”, lo expreso así porque “comunistas” tampoco son. Les vendrán tiempos más difíciles y no deben olvidar el resultado de las pasadas elecciones, ellos nunca van a ceder un milímetro del territorio dominado. El pueblo venezolano tiene una gran responsabilidad en todo lo que suceda, nosotros también la tenemos y moriremos con la vergüenza por lo que dejamos de hacer en su debido tiempo.


Esteban Casañas Lostal.
Montreal..Canadá.
2010-09-27

Mejor creo que no lo podriamos hacer. Gracias Don Esteban.