EXPERIENCIA PERSONAL *** Por I:.H:. Gustavo Pardo

Gustavo Pardo






EXPERIENCIA PERSONAL

Trataré de hacer este relato lo mas breve posible.

José Manuel Collera Vento, medico de profesión; residía en la ciudad de Pinar del Rio. Este sujeto era miembro de la Logia Solano Ramos de esa ciudad.

En el año 1977 ocupó el cargo de Gran Orador de la Gran Logia de Cuba. Poco después comenzaron a circular rumores que afirmaban que este señor era agente del Dpto. de la Seguridad de Estado (DSE); pero como el mismo era un Gran Funcionario de la Gran Logia de Cuba, no se dio crédito a los mismos para “no perjudicar la credibilidad de la Masonería”.

En cambio, se acusó de “intrigantes” y de “divisionistas” a quienes estaban dando la voz de alerta.

En 1997, este personaje volvió a ocupar el cargo de Gran Orador de la Institución Masónica. En esta oportunidad los rumores se habían extendido, e inclusive se indicaba donde y cuando había pasado el entrenamiento como agente del DSE. Nuevamente, se movilizó la maquinaria masónica, y no se le dio crédito a estas acusaciones. Todo por preservar la unidad masónica nacional. A los denunciantes se les inculpó de ser ellos los “agentes”, de querer debilitar a la Masonería, de divisionistas, etc.

En 2000, Collera Vento ocupó el máximo cargo de la Gran Logia de Cuba: Gran Maestro. A partir de entonces, los indicios se multiplicaron; el gobierno comunista se volvió extremadamente complaciente con la Masonería, Collera Vento se volvió algo así como un mago: todo lo resolvía.

En 2003, este individuo ocupó el cargo de Gran Secretario. (Dada la ignorancia de quien lo sucede en el cargo, era necesitaba mantenerlo como “el poder detrás del trono”. Pero, en esta oportunidad ya se están completando las piezas del rompecabezas, y resultaba imposible de negar la traición de Collera.

En el 2006, Collera Vento es sancionado a dos años de separación de la Masonería por la Corte Suprema Masónica. Es necesario señalar que se desató una “silenciosa” persecución en contra de esos magistrados, y todos se vieron en la necesidad de renunciar.

Pero, aun se trataba de minimizar las actividades de este individuo, en “aras de la unidad masónica”; hasta que, después de testimoniar en el juicio que se le seguía a Alan Gross como testigo de la Fiscalía, este personaje compareció ante el programa “Las Razones de Cuba”, declarándose agente del DSE. Collera reconoció que había sido miembro de ese cuerpo represivo desde 1968.

En ese programa fue presentado mi expediente como “contrarrevolucionario”, siendo acusado por mi “hermano masón” de ser “mantener contactos con terroristas (Otto Risch, Frank Calzone, Frank Hernández Trujillo y otros); y con agentes del CIA (distintos diplomáticos de la Sección de Prensa y Cultura y de Asuntos Políticos de la SINA en La Habana). A partir de ese momento fui sometdo a una constante vigilancia y seguimiento ostensible.
Actualmente, tres logias se han separado la Gran Logia de Cuba y durante el año 2011, mas de 2200 se han separado de esta Institución.

Si se hubiera prestado atención a los primeros llamados de alerta, esto no estuviera ocurriendo, evitándose el descrédito y la desconfianza que actualmente pesa sobre la Gran Logia.