NO EXISTEN ESCLAVOS FELICES

Posted December 24th, 2009 by Reinaldo Escobar



Cuando el gobernador norteamericano Rod Blagojevich fue declarado culpable en un juicio de impugnación y retirado del cargo casi dos meses después de haber sido arrestado bajo cargos de intentar vender el escaño que el presidente Barack Obama dejó vacante en el Senado, había tratado de experimentar con seres humanos los efectos afeminizantes de la soya en grandes proporciones. El había sido electo en el 2002, y en Enero del 2003 se comenzó a introducir enormes cantidades de harina de soya como sustituto de la carne de res en todos los penales del Estado, pronto la salud de los reclusos se debilito al punto de que muchos quedaron con secuelas que iban desde problemas neurológicos hasta infertilidad. Los experimentos con seres humanos siempre son mas fáciles de realizar en situaciones de ausencia de libertad (campos de concentración, penales, estudiantes internados, etc).
Cuba es una isla sin fronteras, gobernada por un Estado totalitario que no admite oposición política, prensa libre o agrupaciones espontáneas de su sociedad civil, y el experimento ha tomado dimensiones escalofriantes que algún día avergozaran a quienes apoyan ese tipo de gobierno. Precisamente con la afeminizante soya se experimento en los peores días del periodo especial de forma criminal y miles de personas sufrieron daños irreversibles en su salud debido a los efectos neurotoxicos agravados por la fermentación de la harina de soya en recipientes donde se le mezclaba con sangre vacuna. Antropólogos provenientes de Inglaterra y Alemania aconsejaron al Estado cubano el uso indiscriminado de la harina de soya para experimentar en situaciones de crisis y definir si el efecto hormonal de ese alimento podía evitar explosiones sociales de rebeldía. La situación se agravo tanto que las autoridades se apresuraron en suministrar masivamente vitaminas del complejo B para contrarrestar en lo posible los efectos devastadores sobre el sistema nervioso central, que dejaba a los cubanos con problemas de locomoción y ceguera, quizás nunca se sepa las dimensiones de aquella catástrofe en la salud publica de nuestra isla, gracias al silencio cómplice de la gran prensa internacional .
El pueblo cubano ha vivido medio siglo dentro de un campo de concentración, la propaganda ha mostrado al mundo (al igual que lo hizo en su tiempo el gobierno nazi) a un prisionero feliz, a un esclavo agradecido de las migajas de su amo, y el mundo ha querido creer en esa mentira. Miles de cubanos han muerto de hambre y de tristeza, pero el peor crimen del despotismo ha sido el de suprimir el alma nacional.

¡Sumate al nacionalismo!



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Lo de nuestra nacion no tiene paralelo pedro , si nos pusieramos a enumerar las tragedias de ese descobierno no habria fin .